CUANDO LA CASTILLA PROFUNDA ERA
Hace siglos que llegaron gente del norte de España, con promesas se asentaron viendo en casa cabañas. Gentes llenas de coraje buscando nuevas cañadas, en su sufrido paisaje dejaron viñas plantadas. Los moros retrocediendo se fueron tras las montañas, los nuevos reyes creyeron en las tierras nunca extrañas. Reyes que fueron señores de Castilla y de León, otros marcaron sus leyes por las tierras de Aragón. Siglos en la Reconquista para lograr ser nación, desde mi punto de vista, hubo mucha subversión. Cambiaron nombres de ríos, con dulces al por mayor, en tiempos de escalofríos buscaron siempre calor. Musulmanes dominando las tierras junto al Peñón, luego se fueron marchando entre pura confusión, Dejaron ciertas palabras que hoy usamos sin temor, y nunca pusieron arras en las taifas del valor. Fueron los conquistadores de una tierra en desunión, quizá dejaron rencores en su terrible obsesión. El Duero fue la frontera donde se notó el valor, siempre se usó la barrera de ver crecer el amor. Allá por el siglo once, La Perdiz si funciono, y al final del siglo quince una peste la invadió. Leyendas que siguen vivas, odios, temor y rencores, ciertas gestas nos motivan de aquellos viejos leones. Años de luchas constantes, lanzas que dieron pasión, espadas tan arrogantes que hicieron pura evasión. Esperando a la esperanza de una sociedad mejor, cada cual baila su danza sin sentirse un trovador. El Duero como testigo, en tan penosa lección, la guerra siempre es castigo sin dar una explicación.
G X Cantalapiedra.
Hace siglos que llegaron gente del norte de España, con promesas se asentaron viendo en casa cabañas. Gentes llenas de coraje buscando nuevas cañadas, en su sufrido paisaje dejaron viñas plantadas. Los moros retrocediendo se fueron tras las montañas, los nuevos reyes creyeron en las tierras nunca extrañas. Reyes que fueron señores de Castilla y de León, otros marcaron sus leyes por las tierras de Aragón. Siglos en la Reconquista para lograr ser nación, desde mi punto de vista, hubo mucha subversión. Cambiaron nombres de ríos, con dulces al por mayor, en tiempos de escalofríos buscaron siempre calor. Musulmanes dominando las tierras junto al Peñón, luego se fueron marchando entre pura confusión, Dejaron ciertas palabras que hoy usamos sin temor, y nunca pusieron arras en las taifas del valor. Fueron los conquistadores de una tierra en desunión, quizá dejaron rencores en su terrible obsesión. El Duero fue la frontera donde se notó el valor, siempre se usó la barrera de ver crecer el amor. Allá por el siglo once, La Perdiz si funciono, y al final del siglo quince una peste la invadió. Leyendas que siguen vivas, odios, temor y rencores, ciertas gestas nos motivan de aquellos viejos leones. Años de luchas constantes, lanzas que dieron pasión, espadas tan arrogantes que hicieron pura evasión. Esperando a la esperanza de una sociedad mejor, cada cual baila su danza sin sentirse un trovador. El Duero como testigo, en tan penosa lección, la guerra siempre es castigo sin dar una explicación.
G X Cantalapiedra.