UN DÍA LLEGÓ AQUEL VALLE
Era una tarde de finales de verano, aquel hombre joven y bien parecido, enseguida conecto con la gente joven, en su misión de sacerdote, intento romper con aquel maleficio, de caer en un lugar donde existían muchos seres ateos, Todo parecía que podría cambiar, sobre todo la gente joven le animaba para que siguiera su camino de emprendedor, Fue un tiempo de vivir nuevas ilusiones, de romper el caciquismo que existía en aquel lugar de La Castilla Profunda. Más el demonio se dio cuenta enseguida, que le podía apartar de aquella gente atea, y empezó con una mujer hija de un cacique de siempre, para tratar de llevarle por el camino que un sacerdote no puede seguir, El joven sacerdote intento calmar las críticas, pero cada día iban surgiendo nuevos problemas, además de existir varios tropiezos en edificios públicos, que llevaron a este hombre joven a pensar en marcharse de allí, para evitar más injurias. Fueron años donde se respiraba una esperanza de salir de la dictadura, y aquel hombre venido de la misma provincia, pero de un lugar religioso, notaba como la gente obrera le seguía y respetaba, Pronto al caciquismo puso pegas, intentando mandar firmas de personas descontentas para echarle de aquel valle, a este sacerdote a la autoridad eclesiástica, el joven e inteligente, no se opuso a nada de los que hasta entonces caciqueaban, y se dio el caso que unos y otros buscando firmas, se cruzaron en las calles. El resultado fue abrumador, los que querían que no se marchara el joven sacerdote, el ochenta por ciento de la población que firmaba, no querían que se fuera, y los que apoyaban a los caciques tan solo un veinte por ciento, algunos obligados por ser obreros de dichos caciques, que soñaron con echarle de aquel valle de lágrimas entonces. El Joven sacerdote no admitió su victoria, ya que el nunca promociono su estancia en aquel lugar de ateos, y aunque las autoridades eclesiásticas de entonces le dieron poderes para seguir allí, el joven sacerdote se marchó a vivir su vida, con muchas menos complicaciones. Así era algún lugar de La Castilla Profunda de hace ahora más de 60, años.
G X Cantalapiedra.
Era una tarde de finales de verano, aquel hombre joven y bien parecido, enseguida conecto con la gente joven, en su misión de sacerdote, intento romper con aquel maleficio, de caer en un lugar donde existían muchos seres ateos, Todo parecía que podría cambiar, sobre todo la gente joven le animaba para que siguiera su camino de emprendedor, Fue un tiempo de vivir nuevas ilusiones, de romper el caciquismo que existía en aquel lugar de La Castilla Profunda. Más el demonio se dio cuenta enseguida, que le podía apartar de aquella gente atea, y empezó con una mujer hija de un cacique de siempre, para tratar de llevarle por el camino que un sacerdote no puede seguir, El joven sacerdote intento calmar las críticas, pero cada día iban surgiendo nuevos problemas, además de existir varios tropiezos en edificios públicos, que llevaron a este hombre joven a pensar en marcharse de allí, para evitar más injurias. Fueron años donde se respiraba una esperanza de salir de la dictadura, y aquel hombre venido de la misma provincia, pero de un lugar religioso, notaba como la gente obrera le seguía y respetaba, Pronto al caciquismo puso pegas, intentando mandar firmas de personas descontentas para echarle de aquel valle, a este sacerdote a la autoridad eclesiástica, el joven e inteligente, no se opuso a nada de los que hasta entonces caciqueaban, y se dio el caso que unos y otros buscando firmas, se cruzaron en las calles. El resultado fue abrumador, los que querían que no se marchara el joven sacerdote, el ochenta por ciento de la población que firmaba, no querían que se fuera, y los que apoyaban a los caciques tan solo un veinte por ciento, algunos obligados por ser obreros de dichos caciques, que soñaron con echarle de aquel valle de lágrimas entonces. El Joven sacerdote no admitió su victoria, ya que el nunca promociono su estancia en aquel lugar de ateos, y aunque las autoridades eclesiásticas de entonces le dieron poderes para seguir allí, el joven sacerdote se marchó a vivir su vida, con muchas menos complicaciones. Así era algún lugar de La Castilla Profunda de hace ahora más de 60, años.
G X Cantalapiedra.