![Iglesia (pequeños detalles)](/fotos_reducidas/9/0/2/00404902.jpg)
CUANDO LOS REYES MAGOS USABAN ESCALERA.
Eran años que llevas en la mente, con costumbres que fueron olvidadas, hoy recuerdo sin ser un inocente de las noches de reyes que soñabas. Una escalera de mano alguien llevaba, por si los Reyes tuvieran su problema, un farol que apenas alumbraba y un soñar con magníficos esquemas. Que diabluras de niños más traviesos esperando a los Reyes en sus calles, que misiones de amor intransigentes que preciosos algunos los detalles. Entre hielos y nieve aquellos días, con pasiones los niños avanzaban, no importaba que las tardes fueran frías muchos sueños quizá se reformaban. Vi venir por la calle una escalera que en el hombro un hombre la llevaba, un farol animaba aquella espera que en el valle la gente se animaba. La esperanza caminaba sin descanso intentando lograr brisas soñadas. En el cielo brillaba algún remanso de pasiones que fueron enterradas. Cuando pasan los días entre sueños, si la vista la tienes dominada, es posible el ver horas risueñas de aquel valle con horas encantadas. Hoy que miro despacio el horizonte, hoy que mi barca navega dislocada, me parece tener ese resorte de una etapa que fue muy delicada. Los caminos del viento se refuerzan entre sombras que parecen desquiciadas, son las fechas que a nadie se le tuerzan ni que sueña borrar sus madrugadas. Cabalgata de reyes siempre magos, que animaban mis calles con motivos, eran noches de beber alegres tragos sin ponerles jamás sus adjetivos. Escaleras de mano y de madera, entre brisas de cielo castellano, eran noches de sueños con solera esperando que viniesen los caballos. Los faroles tiritaban con sus luces, en la noche relinchan los caballos, nadie pensaba en tristes cruces, solamente cantaban ciertos gallos. G X Cantalapiedra. 3 – 1 – 2024.
Eran años que llevas en la mente, con costumbres que fueron olvidadas, hoy recuerdo sin ser un inocente de las noches de reyes que soñabas. Una escalera de mano alguien llevaba, por si los Reyes tuvieran su problema, un farol que apenas alumbraba y un soñar con magníficos esquemas. Que diabluras de niños más traviesos esperando a los Reyes en sus calles, que misiones de amor intransigentes que preciosos algunos los detalles. Entre hielos y nieve aquellos días, con pasiones los niños avanzaban, no importaba que las tardes fueran frías muchos sueños quizá se reformaban. Vi venir por la calle una escalera que en el hombro un hombre la llevaba, un farol animaba aquella espera que en el valle la gente se animaba. La esperanza caminaba sin descanso intentando lograr brisas soñadas. En el cielo brillaba algún remanso de pasiones que fueron enterradas. Cuando pasan los días entre sueños, si la vista la tienes dominada, es posible el ver horas risueñas de aquel valle con horas encantadas. Hoy que miro despacio el horizonte, hoy que mi barca navega dislocada, me parece tener ese resorte de una etapa que fue muy delicada. Los caminos del viento se refuerzan entre sombras que parecen desquiciadas, son las fechas que a nadie se le tuerzan ni que sueña borrar sus madrugadas. Cabalgata de reyes siempre magos, que animaban mis calles con motivos, eran noches de beber alegres tragos sin ponerles jamás sus adjetivos. Escaleras de mano y de madera, entre brisas de cielo castellano, eran noches de sueños con solera esperando que viniesen los caballos. Los faroles tiritaban con sus luces, en la noche relinchan los caballos, nadie pensaba en tristes cruces, solamente cantaban ciertos gallos. G X Cantalapiedra. 3 – 1 – 2024.