![vino en hormigón y madera](/fotos_reducidas/3/1/5/00599315.jpg)
LOS ULTIMOS RECUERDOS DE AQUELLA EMIGRACIÓN
Fueron muchos años de emigrantes, tantos años de buscar su solución, fueron momentos distantes que buscaban la evasión, Marcharon al extranjero, en un tren de exclamación, todos soñando dinero sin perder esa ilusión. Ahora miras apellidos que de La Seca se fueron, en momentos deprimidos ellos de verdad quisieron. Cuantos burros mal vendidos, y cuantas casas se hundieron, eran tiempos deprimidos que con dudas existieron. La maleta de madera para aguantar los caminos, en vagones de tercera soñando nuevos destinos. La esperanza fue su meta en tiempos comprometidos, era vivir vida inquieta sin verse jamás perdidos. Apellidos de este valle por el mundo sean erguido, algunos sin ver detalle no buscaron su sentido. No podemos echar cuentas, ni contar los apellidos, hubo momentos de ventas que no fueron bien venidos. Burros mulas con sus carros, fincas que fueron vendidas, incluso llenas de barros eran fincas deprimidas. Han pasado muchos años, los tiempos no son los mismo, se cambiaron ciertos daños al ver llegar el abismo. Cataluña y Vascongadas fueron tierras de cobijo, y a sus familias llevaban con la ilusión de algún hijo. Al extranjero marcharon, Cuba, Francia, Argentina con Brasil, una sombra delicada para vivir hasta el fin. Pienso que fueron humanos que buscaban dignidad, y solo sus fuertes manos les ayudo a trabajar. No debemos olvidar aquellos tiempos ingratos, mientras habrá que cuidar de aquellos penosos ratos. El olvido se marchita con el paso de los años, dicen que a veces nos grita para recordar los daños. La maleta de madera se quedó sola y vacía, no hay vagones de tercera donde la gente sufría. Hay cruces y encrucijadas que se vivieron callando, y personas condenadas que se marcharon llorando. No podemos ir negando las jornadas de emigrantes, aquellos tiempos callando fueron serios y constantes. G X Cantalapiedra.
Fueron muchos años de emigrantes, tantos años de buscar su solución, fueron momentos distantes que buscaban la evasión, Marcharon al extranjero, en un tren de exclamación, todos soñando dinero sin perder esa ilusión. Ahora miras apellidos que de La Seca se fueron, en momentos deprimidos ellos de verdad quisieron. Cuantos burros mal vendidos, y cuantas casas se hundieron, eran tiempos deprimidos que con dudas existieron. La maleta de madera para aguantar los caminos, en vagones de tercera soñando nuevos destinos. La esperanza fue su meta en tiempos comprometidos, era vivir vida inquieta sin verse jamás perdidos. Apellidos de este valle por el mundo sean erguido, algunos sin ver detalle no buscaron su sentido. No podemos echar cuentas, ni contar los apellidos, hubo momentos de ventas que no fueron bien venidos. Burros mulas con sus carros, fincas que fueron vendidas, incluso llenas de barros eran fincas deprimidas. Han pasado muchos años, los tiempos no son los mismo, se cambiaron ciertos daños al ver llegar el abismo. Cataluña y Vascongadas fueron tierras de cobijo, y a sus familias llevaban con la ilusión de algún hijo. Al extranjero marcharon, Cuba, Francia, Argentina con Brasil, una sombra delicada para vivir hasta el fin. Pienso que fueron humanos que buscaban dignidad, y solo sus fuertes manos les ayudo a trabajar. No debemos olvidar aquellos tiempos ingratos, mientras habrá que cuidar de aquellos penosos ratos. El olvido se marchita con el paso de los años, dicen que a veces nos grita para recordar los daños. La maleta de madera se quedó sola y vacía, no hay vagones de tercera donde la gente sufría. Hay cruces y encrucijadas que se vivieron callando, y personas condenadas que se marcharon llorando. No podemos ir negando las jornadas de emigrantes, aquellos tiempos callando fueron serios y constantes. G X Cantalapiedra.