CUANDO TIENES QUE DECIDIR
Hay momentos en la vida cuando te toca decidir, no sabes cuando ni como, pero ante la adversidad tomas un camino, que ni piensas si es el correcto, pero en ese momentos te parece el más acertado, cuando yo tenía unos cuatro años, me llevaron a un entierro, no me hablaron del tema ni me contaron nada, la joven fallecida era de mi familia, y días antes estuvimos a verle, se llamaba Catalina, vivía en la Calle de Medina, recuerdo que estaba el Oso Nicolas de la Rusinía en La Seca, y a mi prima la acercaron con cama y todo a su ventana, para que pudiera ver al Oso Nicolas bailar, con sus músicos húngaros. Pocos días después Catalina con 17, años fallecía, y mis padres nos llevaron a todos hermanos a despedirla, a mi aquello me pareció demasiado triste, y estuve con mi madre, en una habitación con muchas mujeres, todas lloraban, y me sentí muy mal, me fui a ver a mi padre que estaba con hombres en el patio de la casa, el drama estaba en todas partes, y mi corazón no le agradaba nada de todo aquello, y sin pensarlo más salí de esa casa, camino de la casa de mis padres, y haciendo memoria llegue hasta el Hospital, donde baje por la Calle del Pozo Bueno, hasta donde tenía pensado llegar, la puerta de la casa de mis padres, Allí sin moverme del sitio, aguante hasta que llegaron mis padres y hermanas, una señora vecina nuestra me vio allí y me preguntó que hacía solo, la debí de contestar que no quería ver llorar tanto. Mis padres cuando llegaron sabían que estaba solo en aquella puerta de herradura, de dos hojas, y de piedra el banzo que daba a la calle, era una tarde de sol, no recuerdo el mes, quizá fuera abril, no hacia demasiado frío, y sentado vi pasar las personas por la puerta, sin pedir ninguna ayuda, Fue la primera vez en mi vida que decidí por mi solo, nunca me arrepentí, los dramas más tarde me afectaban, y siendo monaguillo, llegue a cantar con el cura dos entierros, el Sacristán, Pedro Cantalapiedra, se había marchado a vivir a Valladolid, esos recuerdos les llevas hasta que tu memoria no te falle, mi madre con casi 94, años, tenia la memoria bien, ojala puede seguir su estela. G X Cantalapiedra.
Hay momentos en la vida cuando te toca decidir, no sabes cuando ni como, pero ante la adversidad tomas un camino, que ni piensas si es el correcto, pero en ese momentos te parece el más acertado, cuando yo tenía unos cuatro años, me llevaron a un entierro, no me hablaron del tema ni me contaron nada, la joven fallecida era de mi familia, y días antes estuvimos a verle, se llamaba Catalina, vivía en la Calle de Medina, recuerdo que estaba el Oso Nicolas de la Rusinía en La Seca, y a mi prima la acercaron con cama y todo a su ventana, para que pudiera ver al Oso Nicolas bailar, con sus músicos húngaros. Pocos días después Catalina con 17, años fallecía, y mis padres nos llevaron a todos hermanos a despedirla, a mi aquello me pareció demasiado triste, y estuve con mi madre, en una habitación con muchas mujeres, todas lloraban, y me sentí muy mal, me fui a ver a mi padre que estaba con hombres en el patio de la casa, el drama estaba en todas partes, y mi corazón no le agradaba nada de todo aquello, y sin pensarlo más salí de esa casa, camino de la casa de mis padres, y haciendo memoria llegue hasta el Hospital, donde baje por la Calle del Pozo Bueno, hasta donde tenía pensado llegar, la puerta de la casa de mis padres, Allí sin moverme del sitio, aguante hasta que llegaron mis padres y hermanas, una señora vecina nuestra me vio allí y me preguntó que hacía solo, la debí de contestar que no quería ver llorar tanto. Mis padres cuando llegaron sabían que estaba solo en aquella puerta de herradura, de dos hojas, y de piedra el banzo que daba a la calle, era una tarde de sol, no recuerdo el mes, quizá fuera abril, no hacia demasiado frío, y sentado vi pasar las personas por la puerta, sin pedir ninguna ayuda, Fue la primera vez en mi vida que decidí por mi solo, nunca me arrepentí, los dramas más tarde me afectaban, y siendo monaguillo, llegue a cantar con el cura dos entierros, el Sacristán, Pedro Cantalapiedra, se había marchado a vivir a Valladolid, esos recuerdos les llevas hasta que tu memoria no te falle, mi madre con casi 94, años, tenia la memoria bien, ojala puede seguir su estela. G X Cantalapiedra.