LLEGO LA LLUVIA UNA TARDE LOCA DE FEBRERO
Llegó corriendo esa lluvia una tarde de febrero, cuando el viento nos decía, no busques amor sincero. La lluvia vino calando los eriales y barbechos, algún viñedo notando que los fríos trazan trechos. La lluvia dejó sus huellas, hasta en los bueno majuelos, no existen las tardes bellas cuando se mojan los suelos. Ahora vienen los pastores que temen mojarse el pelo, y con ellos los dolores que no lograran consuelo. Febrero loco y brillante, soñador este bisiesto, todo camina adelante cuando ya no queda resto. Las lluvias mojan cañadas, calan laderas y entuertos, y en sus horas mal pasadas parece que dejan muertos. Nubes negras dislocadas que vienen dejando lluvia, estas tardes alocadas pudieran dejar su furia. Por La Ribera del Duero el agua corre enseguida, lo comenta el buen obrero en la tarde distinguida. Los pinos lavan su cara, los cereales van creciendo, la noche se vuelve clara mientras se va padeciendo. Tarde loca y deprimente mientras lanzamos suspiros, no vale ser inocente ni vivir soñando tiros. Estas lluvias de febrero que vienen calando el campo, las teme mucho el obrero al notar su desencanto. Los sarmientos son más verdes cuando la lluvia les moja, luego las nubes se pierden y la borrasca se afloja. Febrero tiene desmanes entre sueños bien llegados, a veces en los desvanes quedan sueños recordados.
G X Cantalapiedra.
Llegó corriendo esa lluvia una tarde de febrero, cuando el viento nos decía, no busques amor sincero. La lluvia vino calando los eriales y barbechos, algún viñedo notando que los fríos trazan trechos. La lluvia dejó sus huellas, hasta en los bueno majuelos, no existen las tardes bellas cuando se mojan los suelos. Ahora vienen los pastores que temen mojarse el pelo, y con ellos los dolores que no lograran consuelo. Febrero loco y brillante, soñador este bisiesto, todo camina adelante cuando ya no queda resto. Las lluvias mojan cañadas, calan laderas y entuertos, y en sus horas mal pasadas parece que dejan muertos. Nubes negras dislocadas que vienen dejando lluvia, estas tardes alocadas pudieran dejar su furia. Por La Ribera del Duero el agua corre enseguida, lo comenta el buen obrero en la tarde distinguida. Los pinos lavan su cara, los cereales van creciendo, la noche se vuelve clara mientras se va padeciendo. Tarde loca y deprimente mientras lanzamos suspiros, no vale ser inocente ni vivir soñando tiros. Estas lluvias de febrero que vienen calando el campo, las teme mucho el obrero al notar su desencanto. Los sarmientos son más verdes cuando la lluvia les moja, luego las nubes se pierden y la borrasca se afloja. Febrero tiene desmanes entre sueños bien llegados, a veces en los desvanes quedan sueños recordados.
G X Cantalapiedra.