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ERA UNA NOCHE TENEBROSA
Las cartas de jugar al tute ocupaban aquella mesa del Círculo de Labradores, pegando a la salida de dicho local. había tres filas de mesas en aquel amplio salón, la fila que daba a La Plaza, era ocupada por los pudientes de aquella villa, la fila del centro la ocupaban maestros y comerciantes, y algún pequeño labrador, y la fila de mesas de la entrada que pegaba con las puertas que daban a la escalera de dicho edificio, era ocupada por obreros en su mayoría, futuros emigrantes, como así fue a través de los años siguientes, al fondo una televisión entonces de blanco y negro, que fue la primera que llegó a esa villa, al que fuera salón Parroquial, hoy La Cilla, Más un incendio en el Ayuntamiento, obligo a llevarse todo la secretaria al hasta entonces salón parroquial, y entre caciques determinar que la juventud que pertenecíamos a dicho salón, seriamos aceptados en el Circulo de Labradores, incluida la televisión, y pagar los recibos de dicha sociedad, Aquel Circulo funcionaba bien, aunque con sus barreras psicológicas, Recuerdo una noche de esas grises y tenebrosas, un grupo de cinco amigos jugaban al tute, y su juerga era una botella de Gaseosa La Atómica, que dicha gaseosa formo el escándalo, ya que al agitar a dicha botella empezó a salir gaseosa mojando a la mitad de personas que allí se encontraban, Era noche de invierno, quizá enero, las personas mojadas levantaron su protesta, y los jovenes entre los que yo me encontraba, fuimos llamados al orden, con amenazas de expulsión por dicho acontecimiento, Aquellos jovenes que ninguno quedó en aquella villa, nos dieron alicientes para salir de allí cuanto antes. Éramos jovenes rebeldes según ellos, aunque yo creo que éramos jovenes esclavos de las tradiciones y el formalismo, y el miedo constante de ser señalado con el dedo. Ahora que han pasado tantos años, me da risa, cuando veo en mi memoria dicho momento, al ver las personas mojadas de gaseosa, lamentando el qué pudiéramos ser socios de dicha sociedad de labradores, aquel grupo de jovenes obreros, que escuchamos decir algún maestro, HABRA QUE TIRAR EL MURO DE BERLIN, y lo entendíamos a tope, COMO SE PASA LA VIDA, COMO SE VIENE LA MUERTE TAN CALLANDO.
G X Cantalapiedra.
Las cartas de jugar al tute ocupaban aquella mesa del Círculo de Labradores, pegando a la salida de dicho local. había tres filas de mesas en aquel amplio salón, la fila que daba a La Plaza, era ocupada por los pudientes de aquella villa, la fila del centro la ocupaban maestros y comerciantes, y algún pequeño labrador, y la fila de mesas de la entrada que pegaba con las puertas que daban a la escalera de dicho edificio, era ocupada por obreros en su mayoría, futuros emigrantes, como así fue a través de los años siguientes, al fondo una televisión entonces de blanco y negro, que fue la primera que llegó a esa villa, al que fuera salón Parroquial, hoy La Cilla, Más un incendio en el Ayuntamiento, obligo a llevarse todo la secretaria al hasta entonces salón parroquial, y entre caciques determinar que la juventud que pertenecíamos a dicho salón, seriamos aceptados en el Circulo de Labradores, incluida la televisión, y pagar los recibos de dicha sociedad, Aquel Circulo funcionaba bien, aunque con sus barreras psicológicas, Recuerdo una noche de esas grises y tenebrosas, un grupo de cinco amigos jugaban al tute, y su juerga era una botella de Gaseosa La Atómica, que dicha gaseosa formo el escándalo, ya que al agitar a dicha botella empezó a salir gaseosa mojando a la mitad de personas que allí se encontraban, Era noche de invierno, quizá enero, las personas mojadas levantaron su protesta, y los jovenes entre los que yo me encontraba, fuimos llamados al orden, con amenazas de expulsión por dicho acontecimiento, Aquellos jovenes que ninguno quedó en aquella villa, nos dieron alicientes para salir de allí cuanto antes. Éramos jovenes rebeldes según ellos, aunque yo creo que éramos jovenes esclavos de las tradiciones y el formalismo, y el miedo constante de ser señalado con el dedo. Ahora que han pasado tantos años, me da risa, cuando veo en mi memoria dicho momento, al ver las personas mojadas de gaseosa, lamentando el qué pudiéramos ser socios de dicha sociedad de labradores, aquel grupo de jovenes obreros, que escuchamos decir algún maestro, HABRA QUE TIRAR EL MURO DE BERLIN, y lo entendíamos a tope, COMO SE PASA LA VIDA, COMO SE VIENE LA MUERTE TAN CALLANDO.
G X Cantalapiedra.