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LA SECA: MEMORIA QUE ES HISTORIA...

MEMORIA QUE ES HISTORIA
Hoy se me vino a la memoria, cuando en los años de mi infancia allá por aquellos años del final de la guerra incivil española, y el principio de la Segunda Guerra mundial. En Nuestra querida España, se pasó un racionamiento duro y prolongado, Yo nací fechas antes de que se tiraran las dos bombas atómicas en Japón, Hiroshima y Nagasaki. Digamos quince días antes, y en mi memoria todavía recuerdo cuando aquellas cartillas del racionamiento del pan, de tapas y hojas del color del uniforme militar verdoso, eran apropiadas para no morirte de hambre, recuerdo cuando tenía tres años, y mi madre nos llevaba a los hermanos a coger el pan de dicho racionamiento, en la panadería del Señor Millán González. En La Seca, y de ir a recoger el aceite en la tienda de Victorino Gutiérrez, y mi padre gran fumador que le acorto la vida el tabaco, bajaba a la Plaza al estanco de Jesús, para con su cartilla darle el paquete de picado y el librillo de Zis zas. Incluso lo llegó a mezclar con hojas de girasoles, para que tuviera mas tabaco, Los niños recién nacidos tenían derecho a un bote de leche condesada cada equis días. Y el estraperlo empezó a funcionar, en mi comarca agrícola y de viñedos, el trigo salía de noche de mi villa para ser vendido en Valladolid, algunas veces se cambiaba por aceite o tabaco, que era fuertemente racionado, Ya que el Servicio Nacional del trigo, llamado abastos, requisaba todo donde se pensaban que se escondían dichos cereales, Los molinos hicieron su buena cosecha, trabajaban mucho más por las noches que durante el día, incluso se quedaban con parte de lo molido, ya que no se podía reclamar nada, todo era ilegal. El hambre hizo que muchas personas se dedicaban a la caza furtiva, usando cepos y otros artilugios para poder alimentarse de animales de caza. Los hornos de leña particulares funcionaban a escondidas, y los llamados riches o barras pequeñas eran el mejor regalo para los niños, que esperábamos ese regalo cada equis días. Tengo una buena memoria, la herede de mi Madre, y recuerdo esos detalles desde mi niñez temprana, por haber nacido en familia numerosa, donde mi padre bajaba a cobrar el subsidio familiar una vez cada mes, que anunciaba el Pregonero con su tambor por las esquinas de mi Villa. Fueron años de emigración a diferentes países y lugares de España, sobre todo a Vascongadas, y a su Baracaldo, donde se llegó a decir que tenía más habitantes de La Seca que la propia Villa. Todavía hay personas mayores de edad, que recuerdan algún episodio de aquella época triste y dura, donde muchas mujeres viudas de aquella maldita guerra iban a lavar las ropas de las personas<que económicamente tenían más dinero, La mayoría de las viudas sin cobrar nada, al ser sus maridos fusilados sin justicia ni encima poderlo explicar. Mi infancia tiene memoria de lo que fue la posguerra y sus miserias, que entre llantos y suspiros pasaron muchas personas, casi todos inmigrantes a donde pudieron trabajar para salir adelante. Esta historia habrá gente que no le agrade leerla, pero es necesario que no nos olvidemos de aquellos años de hambre, miseria y llantos, que en el más absoluto silencio tuvieron muchos humanos que pasarlo. HISTORIA VERDADERA DE MI VILLA LA SECA. VALLADOLID. G X Cantalapiedra.