SE MARCHATE DE MADRUGADA,
Aquel joven que se marchaba de madrugada, entre las brisas frías de la Tierra Castellana, en los años de 1928. Marchando camino de Vascongadas, en los topes del tren, por no tener economía, y que consiguió llegar hasta Bilbao, con las manos vacías, y algunas pesetas en su bolso, ya que ni cartera llevaba, Este hombre se hizo duro en aquel ambiente de fundiciones de hierro, y alguna barcaza que entraba por la Ría del Nervión para dejar mercancía, el hombre joven pronto empezó a negociar con productos que conseguía en los barcos, y sin tardar demasiado tiempo, se casó con una mujer que era lista y fuerte, siendo un comerciante que al terminar la guerra incivil, empezó a ganar dinero, que pronto lo emplearía en fincas en el lugar donde él había nacido, su esposa apenas le acompañaba, y este hombre que empezó a sufrir del estómago, cada día se hacia más rico, hasta que viendo que sus hijos no les gustaba ir a visitar aquel pueblo castellano, decidió ir vendiendo todo aquel capital que había conseguido, incluso una buena casa, Este hombre pagaba siempre con dinero en mano, y su venta fue lenta pero segura, tenía una finca de regadío bastante grande, que se la compraron varios hermanos, lo mismo hizo con las viñas, las fue vendiendo sin prisa, pero ganando siempre dinero, su vivienda fue más tarde vendida, y el hombre siendo inmigrante pobre, llegó antes de morir a tener varios millones de pesetas, aunque de poco le sirvieron, ya que los botes de medicina para el estómago de marca Roter, no le impedían que sufriera diariamente las ulceras, llegando a costarle la vida con solo 70, años, y dejando a sus hijos una buena herencia, de la que este hombre no pudo disfrutar demasiado, Es normal que cuando uno no tiene lo que precisa de joven, de mayor la salud te frene en tus momentos de poder disfrutar, y solo seas un juguete roto.
G X Cantalapiedra.
Aquel joven que se marchaba de madrugada, entre las brisas frías de la Tierra Castellana, en los años de 1928. Marchando camino de Vascongadas, en los topes del tren, por no tener economía, y que consiguió llegar hasta Bilbao, con las manos vacías, y algunas pesetas en su bolso, ya que ni cartera llevaba, Este hombre se hizo duro en aquel ambiente de fundiciones de hierro, y alguna barcaza que entraba por la Ría del Nervión para dejar mercancía, el hombre joven pronto empezó a negociar con productos que conseguía en los barcos, y sin tardar demasiado tiempo, se casó con una mujer que era lista y fuerte, siendo un comerciante que al terminar la guerra incivil, empezó a ganar dinero, que pronto lo emplearía en fincas en el lugar donde él había nacido, su esposa apenas le acompañaba, y este hombre que empezó a sufrir del estómago, cada día se hacia más rico, hasta que viendo que sus hijos no les gustaba ir a visitar aquel pueblo castellano, decidió ir vendiendo todo aquel capital que había conseguido, incluso una buena casa, Este hombre pagaba siempre con dinero en mano, y su venta fue lenta pero segura, tenía una finca de regadío bastante grande, que se la compraron varios hermanos, lo mismo hizo con las viñas, las fue vendiendo sin prisa, pero ganando siempre dinero, su vivienda fue más tarde vendida, y el hombre siendo inmigrante pobre, llegó antes de morir a tener varios millones de pesetas, aunque de poco le sirvieron, ya que los botes de medicina para el estómago de marca Roter, no le impedían que sufriera diariamente las ulceras, llegando a costarle la vida con solo 70, años, y dejando a sus hijos una buena herencia, de la que este hombre no pudo disfrutar demasiado, Es normal que cuando uno no tiene lo que precisa de joven, de mayor la salud te frene en tus momentos de poder disfrutar, y solo seas un juguete roto.
G X Cantalapiedra.