ERA UNA NOCHE DE SEPTIEMBRE
Era una noche de septiembre del año 1962, un día bastante bueno de temperatura, y cinco amigos esa noche decidimos pasear bajo la luz de La Luna, marchamos andando hasta el Camino de La Moya, más allá de Los Picones, al regresar sobre las once de la noche, en la oscuridad de una noche que apenas reflejaba La Luna, aunque pensamos que sería con más claridad. esa noche hablamos de la Fiesta del Toro de La Vega, en Tordesillas, los cinco amigos estábamos de acuerdo con esa fiesta tradicional, que muchos años dejaba personas mal paradas o fallecidas, y quizá otras con malos remedios, el comentario de entonces era de buscar al Toro y darle muerte con una lanza, en aquella Vega Tordesillana donde los pinos y las huertas se funden en un abrazo junto al Río Duero. Ahora años después pasó por ese lugar, de La Vega, y me parece mentira que durante muchos años fui un forofo de dicho ambiente, La verdad que yo me divertía bastante, tenía Amigos tordesillanos que te ayudaban a pasarlo bien, no pensabas si era una fiesta de sufrimiento de los animales, o tan solo el valor del hombre ante un toro de casi 600, kilos, que podía terminar con la vida del lancero en segundos, Mi padre siempre me habló de el Señor Ronjolilla, hombre que hace muchos años mato al Toro de La Vega a la salida del Puente Romano. Y los de esa localidad quisieron darle un paliza por dicha valentía, Ya que ellos solo querían ser los que mataban al Toro de La Vega. Eran tiempos donde la juventud, se exponía a1 sufrir cualquier incidente que le podía constar la vida. Más no se te venía a la cabeza que te pudiera pasar a ti. Hoy veo las cosas de otra manera, no bailo en la Plaza del pueblo, ni tampoco en su baile, cuando siento hablar del Toro de La Vega, presiento que alguna persona sigue viva al no existir dicho espectáculo, aunque en Tordesillas sigan tratando de mantener ese rito tradicional que tiene siglos. G X Cantalapiedra.
Era una noche de septiembre del año 1962, un día bastante bueno de temperatura, y cinco amigos esa noche decidimos pasear bajo la luz de La Luna, marchamos andando hasta el Camino de La Moya, más allá de Los Picones, al regresar sobre las once de la noche, en la oscuridad de una noche que apenas reflejaba La Luna, aunque pensamos que sería con más claridad. esa noche hablamos de la Fiesta del Toro de La Vega, en Tordesillas, los cinco amigos estábamos de acuerdo con esa fiesta tradicional, que muchos años dejaba personas mal paradas o fallecidas, y quizá otras con malos remedios, el comentario de entonces era de buscar al Toro y darle muerte con una lanza, en aquella Vega Tordesillana donde los pinos y las huertas se funden en un abrazo junto al Río Duero. Ahora años después pasó por ese lugar, de La Vega, y me parece mentira que durante muchos años fui un forofo de dicho ambiente, La verdad que yo me divertía bastante, tenía Amigos tordesillanos que te ayudaban a pasarlo bien, no pensabas si era una fiesta de sufrimiento de los animales, o tan solo el valor del hombre ante un toro de casi 600, kilos, que podía terminar con la vida del lancero en segundos, Mi padre siempre me habló de el Señor Ronjolilla, hombre que hace muchos años mato al Toro de La Vega a la salida del Puente Romano. Y los de esa localidad quisieron darle un paliza por dicha valentía, Ya que ellos solo querían ser los que mataban al Toro de La Vega. Eran tiempos donde la juventud, se exponía a1 sufrir cualquier incidente que le podía constar la vida. Más no se te venía a la cabeza que te pudiera pasar a ti. Hoy veo las cosas de otra manera, no bailo en la Plaza del pueblo, ni tampoco en su baile, cuando siento hablar del Toro de La Vega, presiento que alguna persona sigue viva al no existir dicho espectáculo, aunque en Tordesillas sigan tratando de mantener ese rito tradicional que tiene siglos. G X Cantalapiedra.