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LA SECA: IBAN CAMINO DE BILBAO,...

IBAN CAMINO DE BILBAO,
Aquel padre ya mayor, decidió ir a ver a uno de sus hijos inmigrante en Bilbao, mejor dicho, en Baracaldo, para ir a verle que acababa de salir de una enfermedad grave, y había sido operado, le acompañaba el hijo menor, que nunca había salido de su tierra, ya que ni le toco hacer el servicio militar, al ser excedente de cupo como entonces se decía.
Salieron por la mañana en el coche de línea que era de La Regional, que terminaba en el Poniente de Valladolid, y desde allí andando a la estación de ferrocarril, donde pudieron comprar sus billetes de ida para Vascongadas. Preguntaron cual eran los billetes más baratos, y el señor de la ventanilla les dijo que eran los de tercera, Esperaron en dicha estación hasta que el tren aquel que llegaría a Bilbao, se presentó en las vías que les habían indicado. El padre y su hijo se pusieron a contar los vagones desde la máquina, que echaba humo por todas partes, y decidieron montar en el vagón tercero, al pensar que es lo que habían comprado para el viaje a Bilbao, Padre e hijo iban tan contentos al ver el lujo de entonces en dicho vagón, diciendo el padre al hijo, si así se va en el tercero como se debe de ir en el primero. No pasó mucho tiempo, cuando se presento en dicho vagón el revisor, que les pidió sus billetes, el padre le mostró sus billetes, y el revisor les dijo, van ustedes mal, estos billetes son de tercera, y el padre muy eufórico contesto, abran quitado vagones, ya que contamos tres vagones para subir aquí, y no nos hemos movido de este lugar, el revisor con mucha calma al ver a los dos hombres tan ignorantes, casi le dieron ganas de reír, más se contuvo y los llevo hasta el vagón de tercera, que no tenía nada que ver con el lujo en aquellos años que tenía tan diferente, Padre e hijo llegaron a Bilbao, donde les esperaba un sobrino, que les llevo hasta donde vivía su hijo, que le contaron su anomalía en el viaje de ida a Bilbao. Y dando gracias a que su hijo estaba mejorado de su enfermedad, y alegrándose de conocer la tierra vasca. Que años después les daría cobijo para la eternidad a toda la familia aquella,
G X Cantalapiedra.