ERA MEJOR NO HABERLA VISTO
Hay silencios que acompañan a los amores profundos, y ciertas veces murallas con signos poco fecundos. Hay mañanas que son locas, y otras con cambios rotundos, que muchas veces provocan dejar penas y disgustos. Aquella mañana andando notó sufrir un mal susto, aquella mujer andando era olvidar tal asunto. El corazón de aquel hombre latiendo por el disgusto, aquella joven soñada se quedó en sueño absoluto. El hombre siguió camino, la mujer notó su abismo, era sufrido su signo siendo puro pesimismo. Hay amores que se pierden soñando nuevos caminos, que algunas veces se venden siendo puro desatinos. Amores que se perdieron, fatalidades sin tino, que casi nunca ofrecieron alegrías en su signo. El dinero ya no es todo, cuando sufrimos castigo, que pudiera ser un lodo de aguantar a un enemigo. Aquella mañana dulce pero amarga en el destino, en el cerebro reluce un ambiente de delirio. El hombre tuvo su pena, ya solo existe el martirio, que dejara su condena envuelta con mil cuchillos. Ya no sirven viejas flores, el tiempo marcó su ritmo, hoy solo quedan dolores en aquel penoso abismo. El hombre con su tristeza, y el corazón deprimido, aquel tiempo de nobleza entre pasos se ha perdido. Hoy que pasaron los años con el viento de testigo, no pueden hablar de daños, solo lo sabe un amigo. Hay amores que la vida los arrastra con mal signo, y ya no ven la salida de su penoso camino. Mejor no la hubiera visto aquella mañana seria, nunca lo tuvo previsto sin ella tener miseria. El hombre quiso olvidarlo, más le ataca la conciencia, que pudo todo arreglarlo con un poco de paciencia. La muerte todo lo borra, no se precisa de ciencia, dejemos que el viento corra y pueda darnos clemencia. El llorar rompe el misterio, implorar no tiene precio, si miras al cementerio allí no vale el desprecio.
G X Cantalapiedra.
Hay silencios que acompañan a los amores profundos, y ciertas veces murallas con signos poco fecundos. Hay mañanas que son locas, y otras con cambios rotundos, que muchas veces provocan dejar penas y disgustos. Aquella mañana andando notó sufrir un mal susto, aquella mujer andando era olvidar tal asunto. El corazón de aquel hombre latiendo por el disgusto, aquella joven soñada se quedó en sueño absoluto. El hombre siguió camino, la mujer notó su abismo, era sufrido su signo siendo puro pesimismo. Hay amores que se pierden soñando nuevos caminos, que algunas veces se venden siendo puro desatinos. Amores que se perdieron, fatalidades sin tino, que casi nunca ofrecieron alegrías en su signo. El dinero ya no es todo, cuando sufrimos castigo, que pudiera ser un lodo de aguantar a un enemigo. Aquella mañana dulce pero amarga en el destino, en el cerebro reluce un ambiente de delirio. El hombre tuvo su pena, ya solo existe el martirio, que dejara su condena envuelta con mil cuchillos. Ya no sirven viejas flores, el tiempo marcó su ritmo, hoy solo quedan dolores en aquel penoso abismo. El hombre con su tristeza, y el corazón deprimido, aquel tiempo de nobleza entre pasos se ha perdido. Hoy que pasaron los años con el viento de testigo, no pueden hablar de daños, solo lo sabe un amigo. Hay amores que la vida los arrastra con mal signo, y ya no ven la salida de su penoso camino. Mejor no la hubiera visto aquella mañana seria, nunca lo tuvo previsto sin ella tener miseria. El hombre quiso olvidarlo, más le ataca la conciencia, que pudo todo arreglarlo con un poco de paciencia. La muerte todo lo borra, no se precisa de ciencia, dejemos que el viento corra y pueda darnos clemencia. El llorar rompe el misterio, implorar no tiene precio, si miras al cementerio allí no vale el desprecio.
G X Cantalapiedra.