
SILENCIOS AMARGOS
Aquel hombre que huyendo de su pasado terminó sus días en un pueblo de Castilla, Sus pasos fueron de mentira en mentira, quiso demostrar que su economía era muy buena, casándose con una mujer que quizá no era muy agraciada, más con su economía de labradora buena, logro buscarse una situación honorable, más en sus horas nocturnas los fantasmas se le aparecían, incluso algún hijo perdido por las tierras del norte de España, el hombre intentaba pasar desapercibido, y esperaba que algún día alguien apareciera por allí, para pedirle cuentas de sus malos hechos, Había veces que cuando sonaba algún coche por su calle, se le ponían los pelos de punta, y temía que le descubriera alguien de su teatro, del que ese hombre estaba haciendo, Cuando alguien de aquel pueblo le preguntaba por su pasado, todo eran evasivas y palabras sin nada que aclarar, uno de sus hijos nacido de aquel matrimonio de conveniencia quería indagar al pasado de su padre, No encontró nada que pudiera ponerle en peligro, hasta que pasados unos treinta años, sonó el llamador de su casa, y alguien con gafas de sol, y un aspecto bien cuidado, pregunto por este hombre, el hombre salió hasta la puerta, y se encontró con aquel hombre serio que le preguntaba por su nombre, al responder que era él, aquel visitante le logro decir, pensé que estaba ya muerto, aunque se lo merecía. “Jamás dio la cara en su tierra, dejando a tres mujeres en cinta, y hoy le venimos a pedir cuentas”. El hombre aquel que su silencio era amargo, ya que tenía detrás de el desfalcos y tres hijos para nacer, El hombre notó que su corazón se agarrotaba, que aquellos años de vivir escondido no habían sido capaz de olvidar sus desmadres, y sobre aquel portalón se caía sin poderse sujetar, enseguida un hijo marchó a buscar al médico, todo resulto baldío, ante tan grave situación, el hombre que llamó a esa casa, que debía de ser uno de los tres hijos, que nunca reconoció, esperó en aquel pueblo que las campanas tocaran para dejar señal de aquella muerte que nadie esperaba, G X Cantalapiedra.
Aquel hombre que huyendo de su pasado terminó sus días en un pueblo de Castilla, Sus pasos fueron de mentira en mentira, quiso demostrar que su economía era muy buena, casándose con una mujer que quizá no era muy agraciada, más con su economía de labradora buena, logro buscarse una situación honorable, más en sus horas nocturnas los fantasmas se le aparecían, incluso algún hijo perdido por las tierras del norte de España, el hombre intentaba pasar desapercibido, y esperaba que algún día alguien apareciera por allí, para pedirle cuentas de sus malos hechos, Había veces que cuando sonaba algún coche por su calle, se le ponían los pelos de punta, y temía que le descubriera alguien de su teatro, del que ese hombre estaba haciendo, Cuando alguien de aquel pueblo le preguntaba por su pasado, todo eran evasivas y palabras sin nada que aclarar, uno de sus hijos nacido de aquel matrimonio de conveniencia quería indagar al pasado de su padre, No encontró nada que pudiera ponerle en peligro, hasta que pasados unos treinta años, sonó el llamador de su casa, y alguien con gafas de sol, y un aspecto bien cuidado, pregunto por este hombre, el hombre salió hasta la puerta, y se encontró con aquel hombre serio que le preguntaba por su nombre, al responder que era él, aquel visitante le logro decir, pensé que estaba ya muerto, aunque se lo merecía. “Jamás dio la cara en su tierra, dejando a tres mujeres en cinta, y hoy le venimos a pedir cuentas”. El hombre aquel que su silencio era amargo, ya que tenía detrás de el desfalcos y tres hijos para nacer, El hombre notó que su corazón se agarrotaba, que aquellos años de vivir escondido no habían sido capaz de olvidar sus desmadres, y sobre aquel portalón se caía sin poderse sujetar, enseguida un hijo marchó a buscar al médico, todo resulto baldío, ante tan grave situación, el hombre que llamó a esa casa, que debía de ser uno de los tres hijos, que nunca reconoció, esperó en aquel pueblo que las campanas tocaran para dejar señal de aquella muerte que nadie esperaba, G X Cantalapiedra.