LA LIBERTAD DE LA MUERTE
El año de 1967, en el mes de mayo, un compañero del servicio militar me comentaba, que en aquel fin de semana que se aproximaba seria libre. Sus palabras dichas entre compañeros sonaban muy bien y eran aceptadas a fondo, Todos queríamos ir de permiso cualquier fin de semana, pero yo noté que sus ojos brillaban con un deseo fabuloso de poder usar la velocidad como si en ella encontrara su libertad, Este compañero de mili pienso que debía sentirse un fenomenal motorista, y en aquellos años era de envidiar, aunque yo no le tuviera ninguna envidia, ya que conducía coches furgonetas y camiones antes de ir al servicio militar, Aquel sábado de finales del mes de mayo, hubo muchos compañeros que se alegraban de pisar en ciertos pueblos, que parecían estar de fiestas, Más el lunes por la mañana al entrar en el cuartel algún paisano de este joven, soltaron la desagradable noticia, había fallecido sobre su moto, estrellándose contra un camión, los que éramos conocidos de él nos impresiono, era dura la noticia, y sin embargo alguien cuando el comentó lo de su libertad, le contestó, “La libertad te la da la muerte, o La Madre Naturaleza y así y todo somos esclavos de su voluntad”, Hay frases que con 22, años se te quedan grabadas para siempre, Nunca pensé sentirme tan cerca y tan lejos de aquella tragedia, y a veces las cosas de entonces se te vienen a la mente como si fueran una advertencia, Nadie estamos libres y mucho menos en libertad cuando circulamos por la carretera, y no respetamos las normas del código de circulación, estamos dejando que la guadaña de la muerte nos esté a punto de llamar para eliminarnos, y decirnos que no era esa la verdadera libertad. Si no un reflejo de las mentiras que a diario escuchamos, cuando nos venden la moto, el coche o cualquier artefacto que corra por encima del suelo.
G X Cantalapiedra.
El año de 1967, en el mes de mayo, un compañero del servicio militar me comentaba, que en aquel fin de semana que se aproximaba seria libre. Sus palabras dichas entre compañeros sonaban muy bien y eran aceptadas a fondo, Todos queríamos ir de permiso cualquier fin de semana, pero yo noté que sus ojos brillaban con un deseo fabuloso de poder usar la velocidad como si en ella encontrara su libertad, Este compañero de mili pienso que debía sentirse un fenomenal motorista, y en aquellos años era de envidiar, aunque yo no le tuviera ninguna envidia, ya que conducía coches furgonetas y camiones antes de ir al servicio militar, Aquel sábado de finales del mes de mayo, hubo muchos compañeros que se alegraban de pisar en ciertos pueblos, que parecían estar de fiestas, Más el lunes por la mañana al entrar en el cuartel algún paisano de este joven, soltaron la desagradable noticia, había fallecido sobre su moto, estrellándose contra un camión, los que éramos conocidos de él nos impresiono, era dura la noticia, y sin embargo alguien cuando el comentó lo de su libertad, le contestó, “La libertad te la da la muerte, o La Madre Naturaleza y así y todo somos esclavos de su voluntad”, Hay frases que con 22, años se te quedan grabadas para siempre, Nunca pensé sentirme tan cerca y tan lejos de aquella tragedia, y a veces las cosas de entonces se te vienen a la mente como si fueran una advertencia, Nadie estamos libres y mucho menos en libertad cuando circulamos por la carretera, y no respetamos las normas del código de circulación, estamos dejando que la guadaña de la muerte nos esté a punto de llamar para eliminarnos, y decirnos que no era esa la verdadera libertad. Si no un reflejo de las mentiras que a diario escuchamos, cuando nos venden la moto, el coche o cualquier artefacto que corra por encima del suelo.
G X Cantalapiedra.