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LA SECA: MIRADAS BAJO LA NIEBLA DEL DUERO, ...

MIRADAS BAJO LA NIEBLA DEL DUERO,
Aquellos viejos podadores de viñedos, que se afeitaban una vez a la semana, que sus zapatos gordos eran untados de tocino de culo de cerdo, que sus pellizas parecían estar echas para aguantar temperaturas bajo cero, y su piel de la cara requemada con esos vientos del norte que son heladores, es esa Castilla Sedienta y en verano polvorienta, donde se crían hombres, pero como decía mi maestro Don, Jesús Suarez, Castilla cría hombres, pero los gasta y quema. Esa Castilla mesetaria donde las nieblas del otoño e invierno son fatales, la visibilidad es muy corta, y la escarcha hace que los mismos viñedos sus sarmientos tengan ese hielo que les hace engordar, incluso cuando el sol pierde fuerza, de nuevo viene la niebla con esa barrera de frío congelado, que cuando estos hombres podadores llegaban a sus casas buscaban las lumbres para calentarse de esas humedades terribles. En aquellos tiempos pasados las viviendas no estaban acondicionadas como están ahora, y las personas se ceñían al brasero en aquellas camillas donde se traspasaba la cultura de aquella vida campesina, En mi infancia conocí todos estos detalles, que hoy día me parecen que los he soñado, pero cuando hablo con personas de mi entorno allí me confirman como era aquel tiempo duro y sacrificado, Miradas bajo la niebla del Duero, incluso con las pestañas de los ojos con escarcha, eran inviernos de seguir heladas durante un mes o más ya lo decía el refranero, si hiela el día de San Blas cuarenta heladas más, y las personas entonces lo veían muy normal, Los recuerdos están vivos sobre todo en personas que pasaron esos días en pleno campo de la meseta castellana, Aquellos días donde los burros preferían estar en sus cuadras a pasar fríos apeados o atados a una clavija, apenas quedan burros de aquellos, que te transportaban a Medina del Campo hacer compras, de los que su albarda era donde cargaban sus manojos de sarmientos los podadores cada día, donde los burros labraban viñas y tierras a su modo, fueron parte de muchas economías, Cuando la emigración forzosa estaba a pleno, a el tren se le llamó el traga burras, ya que muchas personas les vendieron para pagarse el billete de tren para Vascongadas. ERAN OTROS TIEMPOS. G X Cantalapiedra.