Gregorio Cantalapiedra Gómez y sus verdades.
En los años 1950, conocí las hileras de pobres mendingando por los pueblos de Castilla, y los emigrantes forzosos que vendían sus herramientas de trabajo para poder pagarse su billete de tren, y familias numerosas con el hambre y sus hijos de zagales con nueve años, para ayudar a tener comida en su pobre casa. Y una chabola en algunos pueblos para dar cobijo a los que andaban de pueblo en pueblo pidiendo para mal comer. fui testigo de lo que escribo, no me contéis cuentos. como dijo el poeta, León Felipe Camino Galicia. "Que me han contado todos los cuentos y me he aprendido todos los cuentos, Pueblo de España que no nos duerman con cuentos".
En los años 1950, conocí las hileras de pobres mendingando por los pueblos de Castilla, y los emigrantes forzosos que vendían sus herramientas de trabajo para poder pagarse su billete de tren, y familias numerosas con el hambre y sus hijos de zagales con nueve años, para ayudar a tener comida en su pobre casa. Y una chabola en algunos pueblos para dar cobijo a los que andaban de pueblo en pueblo pidiendo para mal comer. fui testigo de lo que escribo, no me contéis cuentos. como dijo el poeta, León Felipe Camino Galicia. "Que me han contado todos los cuentos y me he aprendido todos los cuentos, Pueblo de España que no nos duerman con cuentos".