Decir, (al que estaba preocupado por mi ocupación)
La crítica nunca tuvo poder real si no se hace a cara descubierta, amigo mío. La crítica sin nombre y apellidos no es más que un ejercicio de demagogia falaz . Su intención está llena de despropósitos que, por mucha justificación que trate de inventar, no le otorgan la credibilidad necesaria para ser estandarte de la verdad. Su misión se limita así a ser la de un mero entretenedor de cobardes.
Antonio Arévalo.
La crítica nunca tuvo poder real si no se hace a cara descubierta, amigo mío. La crítica sin nombre y apellidos no es más que un ejercicio de demagogia falaz . Su intención está llena de despropósitos que, por mucha justificación que trate de inventar, no le otorgan la credibilidad necesaria para ser estandarte de la verdad. Su misión se limita así a ser la de un mero entretenedor de cobardes.
Antonio Arévalo.