En la planicie, "donde el campanario de un pueblo atisba al campanario de otro pueblo, con veinte kilómetros de llanura entre los dos", se levanta Medina de Rioseco, a la orilla del río Sequillo, llamada también la Ciudad de los Almirantes, y no de la mar océana, sino de los de tierra adentro: Castilla. A cuarenta kilómetros de Valladolid. En el confín de los Montes Torozos, es la capital de la denominada Tierra de Campos

Declarada Conjunto Histórico-Artístico, tuvo seis magníficas puertas de acceso a su recinto amurallado, de las que se conservan sólo tres. En sus adentros revela su alma castellana en los soportales de sus calles, sus plazas porticadas y sus impresionantes iglesias, de las que merecen ser destacadas las de Santa María de Mediavilla, del siglo XV; su retablo mayor es obra de Esteban Jordán y Pedro de Oña, con unas magníficas tallas policromadas de Juan de Juni, en la Capilla de los Benavente, cerrada por una magnífica verja en hierro forjado del gran maestro rejero Francisco Martínez. Eugenio D'Ors la calificó como "La Capilla Sixtina de Castilla"
La iglesia de Santiago, de los siglos XVI-XVII, es un buen exponente del arte español en su evolución, con una mezcla de estilos gótico, nórdico, renacentista y barroco. Su retablo mayor es obra de Churriguera, y conserva algunos de los pasos procesionales de la famosa Semana Santa de Medina de Rioseco, tallas de Juan de Juni, Pedro de Bolduque, Becerra, etc.
Interesantes son también el Convento de San Franscisco, fundado por el Almirante Don Fadrique para servir de enterramiento a él y a su esposa, y la iglesia de la Santa Cruz, de estilo herreriano.

Igl de San Miguel de Mediavilla; desaparecida en la actulidad. Hasta el siglo XIX fue una iglesia de una sola nave de cabecera semicircular, sin tramo presbiterial. Se sabe que tenía dos accesos. (322) web local (Círculo Románico)

Carnavales, La Semana Santa muy bonita, y en el mes de Junio que son las fiestas por San Juan, Luego en el mes de Septiembre la romería en la ermita de la virgen de Castilviejo.

Ciudad señorial, de iglesias catedralicias y palacios de los Almirantes de Castilla. Ciudad millonaria, mimada del Emperador Carlos V, con quien alcanzó su máximo explendor, época en la que los comerciantes y los artistas la hacían competir con la otra Medina, la del Campo, y sede del cardenal Adriano de Utrech.
Su fundación se fija en época romana, aunque su nombre no vuelve a aparecer hasta 1301, repoblada por Alfonso III. Sin embargo, consta que Medina de Rioseco tenía voto en Cortes mucho tiempo antes, y Alfonso X la deslindó de la jurisdicción de Valladolid en 1258, como expresa un documento de su archivo municipal.
Su defensa frente al cerco del Duque de Lancaster le valió de Juan II los títulos de "Muy noble y muy leal". Ferviente defensora de los intereses del Emperador contra los Comuneros, es elevada a la categoría de Ducado y, en 1632, con Felipe IV, obtuvo el título de Ciudad.
Su nombre le viene dado por el río, en cuya orilla se establece, el Sequillo, y su escudo de armas es cuartelado: primero y cuarto, un castillo de oro sobre campo de gules; segundo y tercero, un caballo en campo de plata a los claros de unas almenas.

Ciudad muy rica e importante en otros tiempos, se le llegó a llamar "la India chica" por la riqueza que se acumulaba en sus ferias. Centro de mercaderías, ve legalizar, apenas salida de la Edad Media, casi media docena de mancebías para el retozo de magnates y mercaderes, en medio de la siempre asceta Castilla.
Tierra de secano, centra su actividad agrícola en los cereales, y ofrece buenos servicios a los viajeros que la visitan.
Es Medina de Rioseco conocida por su arte y su Semana Santa, que encuentra su más clara definición en la ausencia de todo ornamento exterior que pueda empañar el misticismo y sentimiento religioso de un pueblo como el castellano-leonés.
Pero no todo se centra en el cultivo del alma. También los riosecanos tienen fiestas populares donde rinden culto al cuerpo y a la diversión más espontánea. Las más importantes son por San Juan, el 24 de junio, con grandes y afamados festivales taurinos de rejoneo de carácter benéfico. El 8 de septiembre festejan a la Virgen de Castilviejo. Así la llaman por haberse encontrado la imagen mientras demolían el antiguo castillo. No se sabe con exactitud el año ni las circunstancias, pero en el mismo lugar donde la encontraron, y posiblemente con las mismas piedras, construyeron su Santuario, costeado en parte por los duques de Medina de Rioseco.
Grandes prestaciones son ofrecidas para disfrute del ocio en esta villa. Su oferta cultural es amplia y especial importancia conceden los riosecanos al campo de la música, tanto instrumental como coral.