HABÍAN PASADO MUCHOS AÑOS DE AQUELLA HISTORIA DE AMOR
Corrían los años 1960, cuando aquel joven decidió marcharse de emigrante, dejando atrás a su tierra, con un montón de familiares y amigos, además de una novia que le juro amor eterno, su salida a tierras extrañas, le hicieron sentirse un poco desvalido, primero el idioma, y las costumbres de un país extranjero, donde no tenia ningún apoyo, le hicieron pasar ratos muy duros y solitarios, aunque su pensamiento en la Castilla profunda, nunca le abandonaría. Poco a poco su vida se fue regulando, y buscándose el porvenir, entre sus trabajos constantes. Su novia, parece que se canso de esperarle, y decidió por su cuenta buscarse un nuevo amor, eso si, esta vez un labrador con bastante fortuna y fincas, aunque sin llegar a la vitalidad de aquel hombre, que decidió abrirse camino en tierras distantes. Las cartas que envió a su amada novia, no le eran respondidas, y después de un tiempo sin saber nada de ella, su familia le comunico que su es novia, se tenia pensado casarse con un labrador de cerca de su lugar. El joven emigrante, se decidió a escribir una carta, a su antiguo amor, pero después de estar escrita, termino leyendo un poema de un amigo de su nueva tierra, que traducido al español, decía más o menos así. “La carta quedo sin sello, sin destino ni ilusión, quedo sobre la camilla de la triste habitación”. Fueron momentos duros y de confusión, eran palabras que recordaban mucha emoción. El joven entre sus frases escritas, la pedía una explicación. Todo se quedo en el olvido, tuvo que pasar muchas horas y días, para empezar a sentir lo duro que es el amor cuando se pierde, sin existir una causa justificada, empezó a salir con gente de otros lugares de España, y pronto conoció a una joven que descendía de familias castellanas, que se marcharon después de acabar la primera guerra mundial a Europa. En el camino que entonces emprendió, parece que todo le marchó bastante bien, aunque al tiempo que el joven iba a casarse, le llego una carta sin remite, que decía. “Tu es novia esta a punto de divorciarse, de el marido que te quito el lujo de haberte casado con ella, todavía tienes tiempo de impedir que sufra más al lado de ese cacique pueblerino”. El joven quiso romper la carta aquella, donde podrían decir la verdad, pero para el ya era demasiado tarde, no quería saber nada de ella, ya que le dejo sin existir ninguna causa grave. Se caso con la joven descendiente de castellanos, y tuvo dos hijos que eran una preciosidad, educados y sencillos a la vez que inteligentes. El joven regreso a su tierra después de varios años, y se encontró de cara con la que fue su novia, ella de la mano de su marido, que parece que no conocía a su es novio, a la vez de algún hijo de ellos, entonces recordó una canción que sonaba en el tocadiscos de un vecino en su lugar de residencia, la letra decía así.” Hoy recuerdo aquella tarde a la sombra de los pinos, que me dijiste que gloria cuando tengamos un hijo”. En aquel momento ella agacho la cabeza sin mirar hacia aquel hombre, que había sido en otro tiempo su gran amor. Eran las fiestas de aquel lugar, de la profunda Castilla, y el trató de no verla nunca más. Pero pasados unos cuantos años, sobre el año 2003, regreso de nuevo a su lugar, y esta vez sin esposa ni hijos, y cuando caminaba por la calle Mayor de su localidad, al lado de un amigo de su infancia este le dijo. “Ves esa mujer tan gruesa y torpe”. Y el hombre contesto, si quien es, no, no me digas nada, mejor que pase de largo, nunca pensé que pudiera estar así de abandonada, cuando era mi novia era la flor de esta tierra, y ahora solo me da pena el verla, quizá hice bien el marcharme a una tierra extraña, aunque hoy estuviera viudo o separado, no me apetecería hacerme su esposo, creo que lo mejor que me pudo pasar, es dejar pasar el tiempo, sin amargarme la juventud, y tratando de olvidarla, la deseo toda la felicidad del mundo, y que su marido la respete y la cuide, ya que se llevo de ella la verdadera juventud ilusionada, a la que yo tanto admiré y pensé en ella, hoy la vida no nos puede tener juntos, aquello que fue un gran amor, hoy es tan solo un gran olvido. G X Cantalapiedra.
Corrían los años 1960, cuando aquel joven decidió marcharse de emigrante, dejando atrás a su tierra, con un montón de familiares y amigos, además de una novia que le juro amor eterno, su salida a tierras extrañas, le hicieron sentirse un poco desvalido, primero el idioma, y las costumbres de un país extranjero, donde no tenia ningún apoyo, le hicieron pasar ratos muy duros y solitarios, aunque su pensamiento en la Castilla profunda, nunca le abandonaría. Poco a poco su vida se fue regulando, y buscándose el porvenir, entre sus trabajos constantes. Su novia, parece que se canso de esperarle, y decidió por su cuenta buscarse un nuevo amor, eso si, esta vez un labrador con bastante fortuna y fincas, aunque sin llegar a la vitalidad de aquel hombre, que decidió abrirse camino en tierras distantes. Las cartas que envió a su amada novia, no le eran respondidas, y después de un tiempo sin saber nada de ella, su familia le comunico que su es novia, se tenia pensado casarse con un labrador de cerca de su lugar. El joven emigrante, se decidió a escribir una carta, a su antiguo amor, pero después de estar escrita, termino leyendo un poema de un amigo de su nueva tierra, que traducido al español, decía más o menos así. “La carta quedo sin sello, sin destino ni ilusión, quedo sobre la camilla de la triste habitación”. Fueron momentos duros y de confusión, eran palabras que recordaban mucha emoción. El joven entre sus frases escritas, la pedía una explicación. Todo se quedo en el olvido, tuvo que pasar muchas horas y días, para empezar a sentir lo duro que es el amor cuando se pierde, sin existir una causa justificada, empezó a salir con gente de otros lugares de España, y pronto conoció a una joven que descendía de familias castellanas, que se marcharon después de acabar la primera guerra mundial a Europa. En el camino que entonces emprendió, parece que todo le marchó bastante bien, aunque al tiempo que el joven iba a casarse, le llego una carta sin remite, que decía. “Tu es novia esta a punto de divorciarse, de el marido que te quito el lujo de haberte casado con ella, todavía tienes tiempo de impedir que sufra más al lado de ese cacique pueblerino”. El joven quiso romper la carta aquella, donde podrían decir la verdad, pero para el ya era demasiado tarde, no quería saber nada de ella, ya que le dejo sin existir ninguna causa grave. Se caso con la joven descendiente de castellanos, y tuvo dos hijos que eran una preciosidad, educados y sencillos a la vez que inteligentes. El joven regreso a su tierra después de varios años, y se encontró de cara con la que fue su novia, ella de la mano de su marido, que parece que no conocía a su es novio, a la vez de algún hijo de ellos, entonces recordó una canción que sonaba en el tocadiscos de un vecino en su lugar de residencia, la letra decía así.” Hoy recuerdo aquella tarde a la sombra de los pinos, que me dijiste que gloria cuando tengamos un hijo”. En aquel momento ella agacho la cabeza sin mirar hacia aquel hombre, que había sido en otro tiempo su gran amor. Eran las fiestas de aquel lugar, de la profunda Castilla, y el trató de no verla nunca más. Pero pasados unos cuantos años, sobre el año 2003, regreso de nuevo a su lugar, y esta vez sin esposa ni hijos, y cuando caminaba por la calle Mayor de su localidad, al lado de un amigo de su infancia este le dijo. “Ves esa mujer tan gruesa y torpe”. Y el hombre contesto, si quien es, no, no me digas nada, mejor que pase de largo, nunca pensé que pudiera estar así de abandonada, cuando era mi novia era la flor de esta tierra, y ahora solo me da pena el verla, quizá hice bien el marcharme a una tierra extraña, aunque hoy estuviera viudo o separado, no me apetecería hacerme su esposo, creo que lo mejor que me pudo pasar, es dejar pasar el tiempo, sin amargarme la juventud, y tratando de olvidarla, la deseo toda la felicidad del mundo, y que su marido la respete y la cuide, ya que se llevo de ella la verdadera juventud ilusionada, a la que yo tanto admiré y pensé en ella, hoy la vida no nos puede tener juntos, aquello que fue un gran amor, hoy es tan solo un gran olvido. G X Cantalapiedra.