Aún perdura el reloj de autómatas. Las campanadas de los cuartos las dan dos figuras de cordero que alternativamente se levantan sobre las patas de atrás y golpean con el testuz las campanas.
El reloj de Medina, junto con el papamoscas de la catedral de Burgos y el posterior de Astorga, son los únicos restos de un estilo de relojes públicos que estuvo en boga en los siglos XVI y XVII.
El reloj de Medina, junto con el papamoscas de la catedral de Burgos y el posterior de Astorga, son los únicos restos de un estilo de relojes públicos que estuvo en boga en los siglos XVI y XVII.