
EL DESTINO ESTABA MARCADO
Este hombre buscador de mil amores, labrador de profesión, estaba jugando en su vida a ser un romántico soñador, cada día que pasaba se llenaba de ilusión, si en su camino no lograba ser un gran conquistador, su esposa le consolaba y le daba la razón, sin saber que a la que amaba nunca tuvo profesión, Las noches eran consuelo pasarlas sin ton ni son, y quiso levantar vuelo entre frases de pasión. El tiempo todo lo juzga, nada es digno de exclusión, y un accidente llegaba con su mala sensación, Aquel Don Juan Castellano que siempre fue soñador, se vio metido en su cama entre gritos de dolor, ya no buscaba una dama, era distinto su amor, su esposa le consolaba sin conocer su traición, El destino le esperaba, sin saber su condición, el tan solo se quedaba hundido en tanto dolor. El coche quedó desecho, hasta se dañó el motor, el volante quedo roto y el pecho notó el dolor. Ya no pisará caminos, ni buscará nuevo amor, ni se verá tan divino con aquella intervención. La soledad le acompaña perdiendo mucho valor, y su pasado le engaña al ver su cuerpo un dolor. Los caminos de Castilla son de dudar con razón, dicen las gentes sencillas cuanto sufre el corazón. Era una recta muy larga más su vista le engaño, hoy todo su amor se embarga y su vida se dañó. Está pensando en su cama que su dios le castigo, y que tiene negro el alma de la vida que llevó. No puedes tener querida, la conciencia le exclamo, eres la senda perdida que el destino la llamo. Sus manos le tiritaban, se le rompió hasta el reloj, mientras sus ojos lloraban sin ver una solución. Era sufrir por las noches, teniendo su exclamación, sintiendo aquellos derroches de buscar nueva pasión. Hay Don Juanes que se pierden entre signos de evasión, y que sus almas las venden sin gozar de comprensión. Carreteras de Castilla que te rompen la evasión, no lo llames maravilla si te dan la incomprensión. G X Cantalapiedra.
Este hombre buscador de mil amores, labrador de profesión, estaba jugando en su vida a ser un romántico soñador, cada día que pasaba se llenaba de ilusión, si en su camino no lograba ser un gran conquistador, su esposa le consolaba y le daba la razón, sin saber que a la que amaba nunca tuvo profesión, Las noches eran consuelo pasarlas sin ton ni son, y quiso levantar vuelo entre frases de pasión. El tiempo todo lo juzga, nada es digno de exclusión, y un accidente llegaba con su mala sensación, Aquel Don Juan Castellano que siempre fue soñador, se vio metido en su cama entre gritos de dolor, ya no buscaba una dama, era distinto su amor, su esposa le consolaba sin conocer su traición, El destino le esperaba, sin saber su condición, el tan solo se quedaba hundido en tanto dolor. El coche quedó desecho, hasta se dañó el motor, el volante quedo roto y el pecho notó el dolor. Ya no pisará caminos, ni buscará nuevo amor, ni se verá tan divino con aquella intervención. La soledad le acompaña perdiendo mucho valor, y su pasado le engaña al ver su cuerpo un dolor. Los caminos de Castilla son de dudar con razón, dicen las gentes sencillas cuanto sufre el corazón. Era una recta muy larga más su vista le engaño, hoy todo su amor se embarga y su vida se dañó. Está pensando en su cama que su dios le castigo, y que tiene negro el alma de la vida que llevó. No puedes tener querida, la conciencia le exclamo, eres la senda perdida que el destino la llamo. Sus manos le tiritaban, se le rompió hasta el reloj, mientras sus ojos lloraban sin ver una solución. Era sufrir por las noches, teniendo su exclamación, sintiendo aquellos derroches de buscar nueva pasión. Hay Don Juanes que se pierden entre signos de evasión, y que sus almas las venden sin gozar de comprensión. Carreteras de Castilla que te rompen la evasión, no lo llames maravilla si te dan la incomprensión. G X Cantalapiedra.