Esta iglesia pertenece al pueblo de mi padre. El primer contacto que tuve con este recogido municipio de la provincia de Valladolid fue cuando era una niña. Aquel verano fue espectacular, yo contaba con 7 años y allí cumplí 8. Las rosquillas de Maxi, las bicicletas, el día que se nos olvidaron las llaves dentro y la niña (yo) entró por la ventana para abrir la puerta, todos estos leves pero grandes recuerdos se entremezclan con la nostalgia que provoca el hecho de pensar que está casi derruido. Desde aquí pediría que los ayuntamientos no permitieran que nuestros pequeños pedacitos de historia se vengan abajo. Gracias.