Este era el pueblo de mi padre, para mi significa mucho porque evoca en mi el recuerdo de un viejo verano, cuando yo contaba con tan sólo 7 años de edad. Fue entonces cuando cumplí los 8 en aquel verano de hace ya 30 años. Cómo pasa el tiempo! Los pocos recuerdos que conservo se agolpan en mi memoria. Aquel día el viejo perro Carrillo me salvo de las fauces del pastor alemán que paseaba por la calle y aquella tarde en la que se quedó la llave dentro de casa, una pequeña niña (creo que la conozco) se coló por la ventana para abrir la puerta. Aquella casa terminaba en un amplio patio (o al menos a mi me lo parecía) con la perra Luna dando paseos por él. Y el bar, kiosko que hacía las veces de todo. La Iglesia, siempre ahí, impertérrita, testigo de todas las vivencias de los habitantes del pueblo. Llega a mi recuerdo la imagen de los columpios, ya oxidados por el paso del tiempo y el recuerdo evocador de pensar que hubo un día en el que unos niños disfrutaban de ellos. Desconocía el hecho de que nuevas familias se hayan asentado allí, por eso yo también reivindico el hecho de que el ayuntamiento de Medina de Rioseco no deje en el olvido la memoria de este pueblo y preste las ayudas oportunas necesarias a la gente que emigró allí. Muchas gracias.
Que buenos recuerdos me ha evocado leer tu comentario!. Pasé los veranos de mi infancia en este pueblo, con mis abuelos, Flora y José, que feliz fui. Alabo a las familias que se implican porque este pequeño pueblo no muera. Enhorabuena. Un fuerte abrazo a quienes como yo, llevan en su corazón a Palacios.