Al fin han reparado los bebederos de la ermita dotándolos de un sistema de boyas que permiten su llenado automático. Igualmente han remozado la fuente pintándola y poniendo grifos aunque no con el agua del pozo sino con la de la red.
Quizá haría falta unir el asfaltado de la calle para que llegara hasta la ermita, pero supongo que ya habrá ocasión de hacerlo.