"... a la mañana siguiente marchó a Pedrosa. Era un día tranquilo, de nubes blancas y altas temperaturas. La liviendad de Cipriano, la velocidad del caballo y el dédalo de atajos y trochas que había llegado a conocer le permitían llegar a Pedrosa en poco más de dos horas. Iniciaba el viaje faldeando las colinas, doblaba en la senda de Geria y desde allí, en línea recta, entre los majuelos, atravesaba Villavieja y Villalar y accedía a Pedrosa por los trigales sin desviarse. En algunas gayolas, a la puerta, se sentaba un hombre y un perro ratonero le ladraba al pasar el caballo. En ocasiones había niños que le decían adiós con la mano."
sirvan estas líneas del libro de Miguel Delibes "EL HEREJE" como un recuerdo emocionado y homenaje a nuestro querido escritor, quién ha hecho que el nombre de Pedrosa, nuestro pueblo, suene en todas las partes del mundo.
Hasta siempre D. Miguel.
sirvan estas líneas del libro de Miguel Delibes "EL HEREJE" como un recuerdo emocionado y homenaje a nuestro querido escritor, quién ha hecho que el nombre de Pedrosa, nuestro pueblo, suene en todas las partes del mundo.
Hasta siempre D. Miguel.