Acabo de regresar de los Madriles y vengo bastante jodidillo e indignado, por lo que he visto y oido.
Diré en primer lugar, que cuando iba para Madrid, paré, como siempre lo hago, en la Estación de Servicio de Bercero y cuál no seria mi sorpresa, cuando al repostar, el joven empleado, un chico alto y como dicen en Pedrosa, "bien parido" (no recuerdo su nombre), me llenó el depósito de combustible.
.-Yo le pregunté:
.-Tú no serás de Pedrosa? y él me contesto:
.-Si, soy de Pedrosa.
.-De quien ers hijo?
.-Yo soy hijo de Mario.
.-Y Vd. de que conoce Pedrosa? me contestó.... y después, hablar un ratillo me despedi de él.
Me dio una gran alegría al tiempo que recordé a su difunto padre, Mario y a su tio, Rufino.
En los Madriles he presenciado lo que nunca debió suceder en este país llamado España.
Suelo ser muy curioso y cuando voy a esta gran ciudad, si no tengo demasiada prisa, me suelo dar una vueltecita por los lugares más inverosímiles y donde yo pueda ver y constatar las necesidades sociales de los ciudadanos, de nuestros semejantes.
En esta ocasión, me di una vueltecita por algunos de los INEM, y digo algunos, donde grandes colas de personas de ambos sexos, esperan pacientemente el "maná laboral", que no llega, el empleo, que han perdido y lo mal que algunos de ellos lo están pasando.
Da verdadera pena ver a tantos ciudadanos jóvenes y menos jóvenes, hombres y mujeres, estar soportando esas colas interminables y esos calores veraniegos del pueblo de Madrid, para recibir la misma respuesta "el vuelva Vd. mañana", ¡Que pena, qué pena! Pero ahí no acaban las sorpresas. También visité el Albergue, que los Hermanos de San Juan de Dios tienen en la C/ Serrano, y aquí tuve la suerte de hablar y compartir un rato de conversación, con estas gentes, venidas de todas las partes de España y de fuera de nuestras fronteras, blanco y negros, moros y cristianos.
Vienen en busca de ayuda, en busca de mitigar su situación desesperante.
Me llevé verdaderas sorpresas, viendo cómo el perfil del vagabundo, al día de hoy, había cambiado en gran parte. Ahora ya no son aquellos vagabundos desarrapados, con su botella de vino en la mano, que buscaban un techo donde dormir y se tiraban en la calle, desde las 2 de la tarde hasta las 9 de la noche, esperando que abrieran el Albergue en inviernos y en veranos en busca de una comida caliente y una cama donde pasar la noche.
Ahora vemos en las puertas de los albergues personas jóvenes, personas maduras, personas bien arregladas, algunas incluso con con estudios, que han perdido su empleo, su trabajo y se ven en estas grandes necesidades de recurrir en busca de ayuda.
Me dijeron, que igual de llenos estaban el resto de albergues madrileños.
¡Que pena, qué tristeza! Y yo me preguntaba. ¿Que culpa tienen estas gentes de esta tragedia que estan viviendo, que estan pasando?
Por qué tanto sufrimiento a todas estas familias, que alguna de ellas ya no tienen ni un solo €uro de ingreso, cuando llega el fin de mes?
Y para rematar la jugada, leo en la prensa, la ULTIMA MAJADERIA, que se le ha ocurrido decir a nuestro Presidente D. José Luís Rodríguez Zapatero,
.- Ha dicho en OSLO:
--- “UN PARADO, QUE ESTA EN FORMACION (haciendo un cursillo de lo que sea) NO ES UN PARADO, TRABAJA PARA ESPAÑA".
Sin comentario. Oyendo estas memeces, estas tonterias y estas sinrazones, uno no sabe en qué pensarporque se me ponen las tripas revueltas...........
Un saludo desde Gijón.
Gerardo.
Diré en primer lugar, que cuando iba para Madrid, paré, como siempre lo hago, en la Estación de Servicio de Bercero y cuál no seria mi sorpresa, cuando al repostar, el joven empleado, un chico alto y como dicen en Pedrosa, "bien parido" (no recuerdo su nombre), me llenó el depósito de combustible.
.-Yo le pregunté:
.-Tú no serás de Pedrosa? y él me contesto:
.-Si, soy de Pedrosa.
.-De quien ers hijo?
.-Yo soy hijo de Mario.
.-Y Vd. de que conoce Pedrosa? me contestó.... y después, hablar un ratillo me despedi de él.
Me dio una gran alegría al tiempo que recordé a su difunto padre, Mario y a su tio, Rufino.
En los Madriles he presenciado lo que nunca debió suceder en este país llamado España.
Suelo ser muy curioso y cuando voy a esta gran ciudad, si no tengo demasiada prisa, me suelo dar una vueltecita por los lugares más inverosímiles y donde yo pueda ver y constatar las necesidades sociales de los ciudadanos, de nuestros semejantes.
En esta ocasión, me di una vueltecita por algunos de los INEM, y digo algunos, donde grandes colas de personas de ambos sexos, esperan pacientemente el "maná laboral", que no llega, el empleo, que han perdido y lo mal que algunos de ellos lo están pasando.
Da verdadera pena ver a tantos ciudadanos jóvenes y menos jóvenes, hombres y mujeres, estar soportando esas colas interminables y esos calores veraniegos del pueblo de Madrid, para recibir la misma respuesta "el vuelva Vd. mañana", ¡Que pena, qué pena! Pero ahí no acaban las sorpresas. También visité el Albergue, que los Hermanos de San Juan de Dios tienen en la C/ Serrano, y aquí tuve la suerte de hablar y compartir un rato de conversación, con estas gentes, venidas de todas las partes de España y de fuera de nuestras fronteras, blanco y negros, moros y cristianos.
Vienen en busca de ayuda, en busca de mitigar su situación desesperante.
Me llevé verdaderas sorpresas, viendo cómo el perfil del vagabundo, al día de hoy, había cambiado en gran parte. Ahora ya no son aquellos vagabundos desarrapados, con su botella de vino en la mano, que buscaban un techo donde dormir y se tiraban en la calle, desde las 2 de la tarde hasta las 9 de la noche, esperando que abrieran el Albergue en inviernos y en veranos en busca de una comida caliente y una cama donde pasar la noche.
Ahora vemos en las puertas de los albergues personas jóvenes, personas maduras, personas bien arregladas, algunas incluso con con estudios, que han perdido su empleo, su trabajo y se ven en estas grandes necesidades de recurrir en busca de ayuda.
Me dijeron, que igual de llenos estaban el resto de albergues madrileños.
¡Que pena, qué tristeza! Y yo me preguntaba. ¿Que culpa tienen estas gentes de esta tragedia que estan viviendo, que estan pasando?
Por qué tanto sufrimiento a todas estas familias, que alguna de ellas ya no tienen ni un solo €uro de ingreso, cuando llega el fin de mes?
Y para rematar la jugada, leo en la prensa, la ULTIMA MAJADERIA, que se le ha ocurrido decir a nuestro Presidente D. José Luís Rodríguez Zapatero,
.- Ha dicho en OSLO:
--- “UN PARADO, QUE ESTA EN FORMACION (haciendo un cursillo de lo que sea) NO ES UN PARADO, TRABAJA PARA ESPAÑA".
Sin comentario. Oyendo estas memeces, estas tonterias y estas sinrazones, uno no sabe en qué pensarporque se me ponen las tripas revueltas...........
Un saludo desde Gijón.
Gerardo.