En esta Tarde-Noche del Viernes Santo, después de asistir a Los Oficios religiosos en la parroquia, viendo estas fotografías de mi pueblo, he recordado aquellos Viernes Santos de mi niñez, cuando con el Santo Sepulcro recorríamos las calles de Pedrosa en procesión. Contemplando este Cristo doloroso, han venido a mi mente estos pensamientos, que voy a exponer en este foro pedrosino, en un día como hoy.
EL CRISTO CRUCIFICADO Y LOS CRUCIFICADOS.
El Viernes Santo invita a contemplar al Cristo Crucificado. Sólo en El se muestra al verdadero Dios. La Cruz aparece así como el gran signo de la más auténtica y sublime Solidaridad, nada de poder y riqueza, sólo debilidad y silencio.
Descubrir en El Cristo Crucificado el verdadero rostro de Dios resulta imposible sin ver en él a todos los crucificados de la historia en quienes El sigue siendo crucificado en un vía crucis, que parece interminable. En ese vía crucis teñido de dolor y de sangre aparecen en el día de hoy, los casi 100.000 muertos diariamente de hambre, ajusticiados por el imperio del dinero y de la buena vida.
< Tuve hambre y No me disteis de comer>.
En una segunda estación estarían los 400 millones de niños esclavos, que hay en el mundo a quienes la miseria a la que están sometidos reduce su existir. Mueren de hambre, de agotamiento, de dolor.
<Tuve sed y No me disteis de beber>.
Podrían venir después los 300.000 niños de la guerra a quienes les convierten en máquinas de matar, tras sufrir aterradoras lecciones, que violan su ser y roban su alma.
¡Hasta dónde llega la desvergüenza humana!
< Estaba desnudo y no me vestisteis>
Ahora contemplaríamos a los que se ven obligados a dejar su casa, su familia y todos sus amores y a los que luego cerramos las puertas de nuestras casas o dejamos morir en las aguas donde refrescamos nuestros adorados físicos. Son todas esas personas a las que llamamos “”Los sin papeles”” esas personas a quienes sólo dejamos que paguen nuestra Seguridad Social o realicen los trabajos, que nosotros ya no queremos, sí, esos a quienes cuando ya no interesan devolvemos a sus países de origen, aun sabiendo el riesgo que tienen de incluso perder su vida.
< Llame a vuestras puertas y no me abristeis>.
Así podríamos seguir con decenas, cientos de estaciones. El camino ya lo tenemos iniciado, pero antes de terminar yo me hago estas preguntas:
Una vida honrada puede ignorar la existencia de más de 4000 millones de empobrecidos en nuestro mundo de hoy?
Se puede ser cristiano sin compartir su dolor, su angustia, su propia lucha?
Un Dios, que se desentienda del sufrimiento y del dolor de sus hijos, no nos interesa para nada. Sólo el Dios que sufre y lucha con ellos, puede ser creído y vivido.
Ese es El Crucificado: Esperanza y Justicia para todos los crucificados. Vida para todos los que creen en El y comparten su lucha, Victoria segura sobre el mal y la muerte.
Feliz Pascua a Todos.
Gerardo Alonso.
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EL CRISTO CRUCIFICADO Y LOS CRUCIFICADOS.
El Viernes Santo invita a contemplar al Cristo Crucificado. Sólo en El se muestra al verdadero Dios. La Cruz aparece así como el gran signo de la más auténtica y sublime Solidaridad, nada de poder y riqueza, sólo debilidad y silencio.
Descubrir en El Cristo Crucificado el verdadero rostro de Dios resulta imposible sin ver en él a todos los crucificados de la historia en quienes El sigue siendo crucificado en un vía crucis, que parece interminable. En ese vía crucis teñido de dolor y de sangre aparecen en el día de hoy, los casi 100.000 muertos diariamente de hambre, ajusticiados por el imperio del dinero y de la buena vida.
< Tuve hambre y No me disteis de comer>.
En una segunda estación estarían los 400 millones de niños esclavos, que hay en el mundo a quienes la miseria a la que están sometidos reduce su existir. Mueren de hambre, de agotamiento, de dolor.
<Tuve sed y No me disteis de beber>.
Podrían venir después los 300.000 niños de la guerra a quienes les convierten en máquinas de matar, tras sufrir aterradoras lecciones, que violan su ser y roban su alma.
¡Hasta dónde llega la desvergüenza humana!
< Estaba desnudo y no me vestisteis>
Ahora contemplaríamos a los que se ven obligados a dejar su casa, su familia y todos sus amores y a los que luego cerramos las puertas de nuestras casas o dejamos morir en las aguas donde refrescamos nuestros adorados físicos. Son todas esas personas a las que llamamos “”Los sin papeles”” esas personas a quienes sólo dejamos que paguen nuestra Seguridad Social o realicen los trabajos, que nosotros ya no queremos, sí, esos a quienes cuando ya no interesan devolvemos a sus países de origen, aun sabiendo el riesgo que tienen de incluso perder su vida.
< Llame a vuestras puertas y no me abristeis>.
Así podríamos seguir con decenas, cientos de estaciones. El camino ya lo tenemos iniciado, pero antes de terminar yo me hago estas preguntas:
Una vida honrada puede ignorar la existencia de más de 4000 millones de empobrecidos en nuestro mundo de hoy?
Se puede ser cristiano sin compartir su dolor, su angustia, su propia lucha?
Un Dios, que se desentienda del sufrimiento y del dolor de sus hijos, no nos interesa para nada. Sólo el Dios que sufre y lucha con ellos, puede ser creído y vivido.
Ese es El Crucificado: Esperanza y Justicia para todos los crucificados. Vida para todos los que creen en El y comparten su lucha, Victoria segura sobre el mal y la muerte.
Feliz Pascua a Todos.
Gerardo Alonso.
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