Claro, los toriles todavía montados ya se para que son. Como nos gusta aplicar las leyes a conveniencia. Resulta que para montar la
plaza de toros todo eran buenas intenciones, plazos, anuncios, escritos, amenazas, burocrácia y un despliegue de normas que parecía una gran
feria de una gran ciudad. Luego se acaba la
fiesta y los toriles ahí en pie, arena sin recoger y no se pero no me extrañaría que siguiera la basura o incluso alguna
vaca en los toriles. Ah, claro, no se ha puesto un papelito para
... (ver texto completo)