¡Oh campos de Castilla...
.¡Aire sereno!
¡Fecundadora luz! ¡Pobre cultivo!
¡Con que placer tan vivo
Se espaciaba la vista en vuestro seno! Ni aislada roca, ni escarpado monte
Del diáfano horizonte
El indeciso término cortaban:
Por todas partes se extendía el llano
Hasta el confín lejano
En que el cielo y la tierra se abrazaban.