Al cielo vais, Señora;
Allá os reciben con alegre canto.
¡Oh quién pudiese agora,
Asirse a vuestro manto,
Para subir con vosotros al Montesanto!
De ángeles sois llevada,
De quien servida sois desde la cuna,
De estrellas coronada,
Cual reina habrá ninguna,
Pues por chapín lleváis la blanca luna.
Volved los línceos ojos,
Ave preciosa, sola, humilde y nueva,
Al val de los abrojos,
Que tales flores lleva,
Do suspirando están los hijos de Eva.
Que si con vista clara
Miráis las tristes...