Ese
árbol sería muy hermoso pero tapaba la luz de las
ventanas y media
plaza, impedía aparcar en sus proximidades y los pájaros que se posaban en él lo ponían todo perdido. A cotillear habrá vuelto quien yo te diga, mejor dicho, dime tú alguien que no cotillee en este
pueblo. Es más, dime alguien que no cotillee, sea del pueblo que sea, y no digas que tú, poeuqe si no ya me dirás que estás haciendo. De todas formas, tampoco hay muchas más cosas que hacer. Por cierto, aprende a escribir como Dios
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