Los leñadores de este pueblo traían las raíces de las encinas del monte para casa para después despegar la cáscara de la raíz, esta cáscara posteriormente se dejaba sobre una manta, sábana vieja, al sol en la puerta del leñador, durante horas o días, hasta conseguir el grado de humedad deseado o convenido con el curtidor. Esta operación que se hacía con una zuela se llamaba despegar la casca o corrientemente se decía la está cascando.
Como todos sabemos alrededor de 1960 las mujeres de este
pueblo ivan mucho al campo y también con sus maridos al monte.
Un leñador de aquella época Fulano (que hoy vive) pretendió a una de un pueblo bastante próximo.
Una vez que le había aceptado comenzaron los dires y diretes llegando ha hacerle la siguiente pregunta ¿Hemos oído que fuiste a pretender y te han aceptado, pero... que te ha puesto como condición que ella no irá al monte? R. Al monte no irá pero cascármela, me la tiene que cascar, eso, de todas todas.
Como todos sabemos alrededor de 1960 las mujeres de este
pueblo ivan mucho al campo y también con sus maridos al monte.
Un leñador de aquella época Fulano (que hoy vive) pretendió a una de un pueblo bastante próximo.
Una vez que le había aceptado comenzaron los dires y diretes llegando ha hacerle la siguiente pregunta ¿Hemos oído que fuiste a pretender y te han aceptado, pero... que te ha puesto como condición que ella no irá al monte? R. Al monte no irá pero cascármela, me la tiene que cascar, eso, de todas todas.