Durante 20 minutos, Carter estuvo tomando fotografías, sabedor de que una de esas imágenes valía un gran premio. Y estaba en lo cierto. Cuando terminó, recogió sus instrumentos y siguió su camino. Pero esa fotografía le perseguiría el resto de sus días, cuando se quedaba sin palabras cuando le preguntaban qué había hecho para ayudar a la niña.
Sólo dos meses después de recibir el Pulitzer, Kevin Carter se suicidaba en Johannesburgo. John Carlin, periodista británico y conocido de Carter, escribió: “La cámara funciona como una barrera que lo protege a uno del miedo y del horror, e incluso de la compasión”.
Sólo dos meses después de recibir el Pulitzer, Kevin Carter se suicidaba en Johannesburgo. John Carlin, periodista británico y conocido de Carter, escribió: “La cámara funciona como una barrera que lo protege a uno del miedo y del horror, e incluso de la compasión”.