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Hasta varios años después de 1.965 en esta zona se recogía la cosecha de mazorcas de grano de maíz a mano, es decir cada trabajador iniciaba un surco llevando a su lado un pequeño cesto, en el cual se depositaba piña por piña, así hasta terminar de recoger toda la parcela.
Una vez terminada esta fase, se iniciaba la siguiente, segar con una hoz caña por caña, así hasta rematar la finca; más adelante se cargaban aquellas cañas a un remolque, se retiraban de la finca donde estaban, para depositarlas fuera, en ocasiones se prendían fuego, a veces quedaban allí, hasta que el tiempo estando a la intemperie las desintegraba.
La primera fase no admitía ninguna reforma o modificación. Pero el momento de quedar las plantas en pié, algunos agricultores pasaban con el tractor un medio poste del teléfono o similar arrastrando, lo cual, pasados un par de días que hiciera bueno se prendía fuego y una gran parte de aquella materia se quemaba, en aquél momento solo había que pasar fatigas con menos de la mitad del total.
Un buen día del año 1.965 cuando veníamos de la azucarera de llevar remolacha (por ahora) al lado de la carretera había un agricultor con su tractor ebro de 48 caballos con un arado de dos discos, arando tal como estaban las plantas de maíz en pié, de esta manera tapaba una gran parte de aquello que estaba en pié.
Por la noche fue tema de comentario en el bar, ¿Habéis visto el toresano la que estaba preparando hoy en el maíz? otro contestábamos! "pa" él tiene.!,
Cómo todos momentos de la vida, los comentarios fueron pasando olvidándose en el tiempo; y pasado un año nadie de esta zona volvimos a recordar al toresano ni para bien ni para mal, pero todos le copiamos.
Decenas de años después, otro gallo nos cantaría; se acopló a las cosechadora un cabezal frontal aparente para los surcos de maíz que ha dado lugar a la modernización, o al origen de como se hace ahora mismo.
Nos hicieron olvidar los simple tracción de 48 caballos. Hasta llegar a día de hoy ha potencias con doble tracción de 120, 160 a veces 200 caballos.
Un saludo Laureano.
Una vez terminada esta fase, se iniciaba la siguiente, segar con una hoz caña por caña, así hasta rematar la finca; más adelante se cargaban aquellas cañas a un remolque, se retiraban de la finca donde estaban, para depositarlas fuera, en ocasiones se prendían fuego, a veces quedaban allí, hasta que el tiempo estando a la intemperie las desintegraba.
La primera fase no admitía ninguna reforma o modificación. Pero el momento de quedar las plantas en pié, algunos agricultores pasaban con el tractor un medio poste del teléfono o similar arrastrando, lo cual, pasados un par de días que hiciera bueno se prendía fuego y una gran parte de aquella materia se quemaba, en aquél momento solo había que pasar fatigas con menos de la mitad del total.
Un buen día del año 1.965 cuando veníamos de la azucarera de llevar remolacha (por ahora) al lado de la carretera había un agricultor con su tractor ebro de 48 caballos con un arado de dos discos, arando tal como estaban las plantas de maíz en pié, de esta manera tapaba una gran parte de aquello que estaba en pié.
Por la noche fue tema de comentario en el bar, ¿Habéis visto el toresano la que estaba preparando hoy en el maíz? otro contestábamos! "pa" él tiene.!,
Cómo todos momentos de la vida, los comentarios fueron pasando olvidándose en el tiempo; y pasado un año nadie de esta zona volvimos a recordar al toresano ni para bien ni para mal, pero todos le copiamos.
Decenas de años después, otro gallo nos cantaría; se acopló a las cosechadora un cabezal frontal aparente para los surcos de maíz que ha dado lugar a la modernización, o al origen de como se hace ahora mismo.
Nos hicieron olvidar los simple tracción de 48 caballos. Hasta llegar a día de hoy ha potencias con doble tracción de 120, 160 a veces 200 caballos.
Un saludo Laureano.