Está edificado sobre el antiguo
palacio mudéjar llamado Pelea de Benimerín (que a su vez se edificó sobre otro árabe), mandado construir en 1340 por Alfonso XI de Castilla después de su triunfo en la Batalla del Salado, financiado con el botín sacado en dicha batalla. De esta manera conmemoró la victoria sobre los benimerines africanos que habían llegado a
Granada requeridos por Mohamed y, vasallo de Castilla. Su hijo Pedro y el Cruel lo arregló y se lo cedió en 1363 a sus hijas Beatriz e Isabel
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