EL PUENTE ROMANO DE TORDESILLAS
El Duero va contemplando
ese Puente tan famoso,
que los romanos luchando
hicieron verle dichoso.
Puente que tiene pilares
de aquellos años airosos,
recordando con cantares
sus momentos horrorosos.
Puente que mira a La Vega
con sus pinares al lado,
el agua nunca se pliega
ni el Duero marcha enfadado.
Piedras que marcan los siglos
con sus corrientes cantando,
y el Duero no ve sigilos
ni jamás se vio llorando.
Romanos con su cultura
de calzadas empedradas,
y puentes que son dulzura
pensados en sus jornadas.
Tordesillas va cruzando
noche y día en su calzada,
y El Puente sigue pensando
que su vida es alargada.
Puente que tiene ladera
para subir al Palacio,
en tiempos de primavera
vas recorriendo su espacio.
El río Duero es testigo
de sus muchas vibraciones,
que recibieron castigo
al circular los camiones.
La historia sigue su curso
entre brisas castellanas,
y el Duero tiene el recurso
de hacer frías las mañanas.
G X Cantalapiedra.
El Duero va contemplando
ese Puente tan famoso,
que los romanos luchando
hicieron verle dichoso.
Puente que tiene pilares
de aquellos años airosos,
recordando con cantares
sus momentos horrorosos.
Puente que mira a La Vega
con sus pinares al lado,
el agua nunca se pliega
ni el Duero marcha enfadado.
Piedras que marcan los siglos
con sus corrientes cantando,
y el Duero no ve sigilos
ni jamás se vio llorando.
Romanos con su cultura
de calzadas empedradas,
y puentes que son dulzura
pensados en sus jornadas.
Tordesillas va cruzando
noche y día en su calzada,
y El Puente sigue pensando
que su vida es alargada.
Puente que tiene ladera
para subir al Palacio,
en tiempos de primavera
vas recorriendo su espacio.
El río Duero es testigo
de sus muchas vibraciones,
que recibieron castigo
al circular los camiones.
La historia sigue su curso
entre brisas castellanas,
y el Duero tiene el recurso
de hacer frías las mañanas.
G X Cantalapiedra.