POR EL DUERO NAVEGANDO
Puede ser que navegando
vaya recorriendo el Duero,
y en La Peña fui encontrando
la Casa del Molinero.
Con sueños de fantasía
y el corazón embustero,
quise vivir la alegría
que siempre despide el Duero.
Navegar sin grandes prisas
allí desde Puente Duero.
y comprobar las sonrisas
que te ofrece el romancero.
Tordesillas navegando
sin ser un puerto pesquero,
te sientes como soñando
sobre las aguas del Duero.
Estos sueños armoniosos
en noches de enclaustramiento,
hasta los vives gozosos
sin que sople ningún viento.
Llevar al Duero de amigo
navegando con tus sueños,
es olvidar el castigo
de momentos no risueños.
Tordesillas de paisaje
que le ves balcón del Duero,
con ese precioso anclaje
donde se sueña un te quiero.
La esperanza sigue viva
en la Ribera del Duero,
con el eco que motiva
de algún amor verdadero.
Navegar entre las brisas
que dan las aguas del Duero,
y no temer ciertas prisas
de este virus traicionero.
G X Cantalapiedra.
30 – 4 – 2020.
Puede ser que navegando
vaya recorriendo el Duero,
y en La Peña fui encontrando
la Casa del Molinero.
Con sueños de fantasía
y el corazón embustero,
quise vivir la alegría
que siempre despide el Duero.
Navegar sin grandes prisas
allí desde Puente Duero.
y comprobar las sonrisas
que te ofrece el romancero.
Tordesillas navegando
sin ser un puerto pesquero,
te sientes como soñando
sobre las aguas del Duero.
Estos sueños armoniosos
en noches de enclaustramiento,
hasta los vives gozosos
sin que sople ningún viento.
Llevar al Duero de amigo
navegando con tus sueños,
es olvidar el castigo
de momentos no risueños.
Tordesillas de paisaje
que le ves balcón del Duero,
con ese precioso anclaje
donde se sueña un te quiero.
La esperanza sigue viva
en la Ribera del Duero,
con el eco que motiva
de algún amor verdadero.
Navegar entre las brisas
que dan las aguas del Duero,
y no temer ciertas prisas
de este virus traicionero.
G X Cantalapiedra.
30 – 4 – 2020.