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LA PESTE DEL SIGLO XX. AÑO DE 1918. EN TORDESILLAS
Tordesillas fue sufriendo
aquella peste maldita,
con los humanos muriendo
en aquella negra cita.
Al principio de la peste
hubo bajas importantes,
más aquel agosto agreste
dejo sus malos instantes.
Peste que dejo marcados
sus senderos dolorosos,
aquellos tiempos dañados
se vieron siempre horrorosos.
Muriendo los animales
sin poder poner remedios,
eran causas más normales
al no tener ciertos medios.
Los virus corren deprisa
por la Ribera del Duero,
hablaban de cierta brisa
que dañaba algún sendero.
Pestes que siguen llegando
y que nos dejan sus miedos,
el recuerdo va dejando
otros terribles enredos.
Aquí no valen valientes,
ni buscar lanzas de acero,
hay caballos relucientes
que pueden cruzar el Duero.
Los virus siguen su marcha,
con el terror de los muertos,
sin mascarillas te engancha
y se acaban los aciertos.
Tordesillas esperando
que pueda haber un invento,
para seguir caminando
sin perder nunca el aliento.
G X Cantalapiedra.
9 – 5 – 2020.
Tordesillas fue sufriendo
aquella peste maldita,
con los humanos muriendo
en aquella negra cita.
Al principio de la peste
hubo bajas importantes,
más aquel agosto agreste
dejo sus malos instantes.
Peste que dejo marcados
sus senderos dolorosos,
aquellos tiempos dañados
se vieron siempre horrorosos.
Muriendo los animales
sin poder poner remedios,
eran causas más normales
al no tener ciertos medios.
Los virus corren deprisa
por la Ribera del Duero,
hablaban de cierta brisa
que dañaba algún sendero.
Pestes que siguen llegando
y que nos dejan sus miedos,
el recuerdo va dejando
otros terribles enredos.
Aquí no valen valientes,
ni buscar lanzas de acero,
hay caballos relucientes
que pueden cruzar el Duero.
Los virus siguen su marcha,
con el terror de los muertos,
sin mascarillas te engancha
y se acaban los aciertos.
Tordesillas esperando
que pueda haber un invento,
para seguir caminando
sin perder nunca el aliento.
G X Cantalapiedra.
9 – 5 – 2020.