CON MI CABALLO POR EL DUERO
Gritaba el niño jugando,
“Mi caballo por el Duero”,
más tarde le vi llorando
al sentirse aventurero.
El soñar con fantasías
es lo normal de un te quiero,
a veces temes porfías
si quieres cruzar el Duero.
Aquel niño que crecía
sin entender del dinero,
hizo feliz su armonía
sin querer ser embustero.
Entre brisas aprendía
como suena el río Duero,
y se llenó de alegría
entendiendo el romancero.
Con sentimientos profundos,
cuando el alma tiene miedo,
se ven momentos absurdos
que no sueñan ningún credo.
Los sueños se van volando
queriendo cruzar el Duero,
los caballos galopando
hacen retumbar el suelo.
Cuando los sueños abundan,
cuando el amor nace ciego,
las horas se ven fecundas
sin querer ser un labriego.
Los caballos por La Vega,
Tordesillas por el cerro,
ningún recuerdo se pliega
y más el de algún entierro.
Cuando lo sueños se mueren
en las orillas del Duero,
hasta los vientos prefieren
sentir algún aguacero.
G X Cantalapiedra.
11 – 5 – 2020.
Gritaba el niño jugando,
“Mi caballo por el Duero”,
más tarde le vi llorando
al sentirse aventurero.
El soñar con fantasías
es lo normal de un te quiero,
a veces temes porfías
si quieres cruzar el Duero.
Aquel niño que crecía
sin entender del dinero,
hizo feliz su armonía
sin querer ser embustero.
Entre brisas aprendía
como suena el río Duero,
y se llenó de alegría
entendiendo el romancero.
Con sentimientos profundos,
cuando el alma tiene miedo,
se ven momentos absurdos
que no sueñan ningún credo.
Los sueños se van volando
queriendo cruzar el Duero,
los caballos galopando
hacen retumbar el suelo.
Cuando los sueños abundan,
cuando el amor nace ciego,
las horas se ven fecundas
sin querer ser un labriego.
Los caballos por La Vega,
Tordesillas por el cerro,
ningún recuerdo se pliega
y más el de algún entierro.
Cuando lo sueños se mueren
en las orillas del Duero,
hasta los vientos prefieren
sentir algún aguacero.
G X Cantalapiedra.
11 – 5 – 2020.