TORDESILLAS A GALOPAR LOS CABALLOS
Los caballos galopando sobre las grandes llanuras, Tordesillas va pensando en los virus con diabluras. Antes que lleguen los brotes de la maldita pandemia, habrá que gozar los trotes por si llega la epidemia. A galopar junto al Duero, por esa Vega famosa, el valiente caballero busca su etapa gozosa. Hay que vivir sin barreras entre buenas galopadas, los caballos ven quimeras en las lanzas bien guardadas. Galopando por La Vega, esquivando ciertos pinos, las esperanzas no pliegan ni temen los desatinos. Tordesillas se defiende de este virus asesino, y lo comprende y lo entiende, maldiciendo tan mal signo. Galopando sin problemas, entre sendas permitidas, se confunden los esquemas en las tardes elegidas. Los caballos relinchando sobre veredas sencillas, quisieran gozar volando por Campos de Tordesillas. Cuando las tardes se mueren sobre las bellas colinas, hay penas que allí no quieren ver las sendas sin encinas. Galopando por el Duero, con los álamos encima, existen lanzas de acero residiendo en este clima. Cuando los vientos silbando llegan hasta Tordesillas, hay toros que están bramando que son serias maravillas. Galopar caballos grandes, galopar por Tordesillas, que se sientan esas sangres de caballos con sus sillas. El cielo se va adornando como si fuera de arcilla, al tiempo que van brillando balcones de nuestra Villa. El Duero baja cantando, alegrando a Tordesillas, El Puente sigue observando mil bonitas maravillas. Que no se muera la tarde, que el sol parece que aun brilla, La Vega no se ve en balde, y esta Ciudad es Castilla. G X Cantalapiedra. 13 – 7 – 2020.
Los caballos galopando sobre las grandes llanuras, Tordesillas va pensando en los virus con diabluras. Antes que lleguen los brotes de la maldita pandemia, habrá que gozar los trotes por si llega la epidemia. A galopar junto al Duero, por esa Vega famosa, el valiente caballero busca su etapa gozosa. Hay que vivir sin barreras entre buenas galopadas, los caballos ven quimeras en las lanzas bien guardadas. Galopando por La Vega, esquivando ciertos pinos, las esperanzas no pliegan ni temen los desatinos. Tordesillas se defiende de este virus asesino, y lo comprende y lo entiende, maldiciendo tan mal signo. Galopando sin problemas, entre sendas permitidas, se confunden los esquemas en las tardes elegidas. Los caballos relinchando sobre veredas sencillas, quisieran gozar volando por Campos de Tordesillas. Cuando las tardes se mueren sobre las bellas colinas, hay penas que allí no quieren ver las sendas sin encinas. Galopando por el Duero, con los álamos encima, existen lanzas de acero residiendo en este clima. Cuando los vientos silbando llegan hasta Tordesillas, hay toros que están bramando que son serias maravillas. Galopar caballos grandes, galopar por Tordesillas, que se sientan esas sangres de caballos con sus sillas. El cielo se va adornando como si fuera de arcilla, al tiempo que van brillando balcones de nuestra Villa. El Duero baja cantando, alegrando a Tordesillas, El Puente sigue observando mil bonitas maravillas. Que no se muera la tarde, que el sol parece que aun brilla, La Vega no se ve en balde, y esta Ciudad es Castilla. G X Cantalapiedra. 13 – 7 – 2020.