TORDESILLAS: CUANDO QUIERO VER AL DUERO...

CUANDO QUIERO VER AL DUERO
Siento que me grita el alma por los caminos del mundo, y mi corazón reclama no vivir un triste rumbo. El Duero marcha conmigo en mi pobre pensamiento, jamás le vi de enemigo, ni me anulo el sentimiento. Quisiera saber mañana lo que significa el Duero, y sentir su voz temprana recitando EL ROMANCERO. Voy caminando tranquilo por La Ribera del Duero, el tiempo tiene su filo que puede ser traicionero. La pandemia va marchando, sin explicar sus senderos, la vida se va pasando entre días agoreros. Cuando subo por El Puente, que tiene debajo al Duero, mi corazón va pendiente de su caudal verdadero. Las palabras quedan claras, el ruido se vuelve austero, las horas parecen raras si el viento corre ligero. Tordesillas de leyendas, con sueños aventureros, caminos que fueron sendas para reyes pasajeros. El Duero marcha deprisa, su sonido suena acero, mientras sufrimos la brisa que se teme el mes de enero. Tordesillas va pensando en este sufrido tiempo, la pandemia va dejando el temor que deja el viento. La epidemia no perdona, ni tampoco pierde aliento, ella ocupa cualquier zona para dejar sufrimiento. En Tordesillas se sienten estos tiempos pendencieros, que los lutos los presienten al verlos llegar tan fieros. Cuando quiero ver al Duero sin notar calamidades, en el silencio le espero para contarle verdades. En mi mente llevo escrito como un mensaje sincero, el eco de un fuerte grito que resonaba en El Duero. No quiero gritar al viento en ese entorno de vida, ni pensar en sufrimiento sobre su tierra querida. El mañana nos espera con su tremenda esperanza, llegará la primavera y volverá la templanza. G X Cantalapiedra.