CUANDO NO QUEDEN LANCEROS
Los años se van marchando sin explicar condiciones, las gentes siguen pensando en las tristes sensaciones. Cuando no queden lanceros ni promesas de septiembre, ni caballos altaneros que sepan correr de frente. Tordesillas va pensando que todo pasa en la vida, la pandemia ira dejando mucha triste despedida. Hoy se viven los lamentos que vienen de ver heridas, que conllevan sufrimientos sin explicar las salidas. Tordesillas va mirando su Vega que es maravilla, donde ayer se fue brindando a las fiestas de la Villa. Cuando no queden lanceros, si se muere la semilla, quizá los aventureros quieran ser gente sencilla. Tordesillas se pregunta, donde marcha el ROMANCERO, y a la vez quizá le asusta el ver tan triste ese Duero. Nadie quiere hacer las cuentas de los signos del terreno, muchos sueños alimentan las mentes que no ven cieno. Caballos que relinchando saben lo que es el infierno, algunos siguen trotando para llegar al invierno. Tordesillas no se rinde, ni quiere ver más enredos, las tradiciones sin linde hablan de los nuevos credos. Lanceros de Tordesillas, con lanzas en el granero, las tradiciones sencillas las quiere vivir el Duero. Los caballos galopando, no sirve el invernadero, en su marcha van sonando muchos suspiros del Duero. Los pinos siempre testigos de las nieblas junto al Duero, parecen ser los castigos de este sufrir traicionero. Tordesillas recordando a sus sonidos eternos, la vida se va pasando sin pensar en el invierno. Cuando no queden lanceros en esta bella comarca, habrá signos agoreros que solo la peste embarca. La pandemia va frenando muchas viejas ilusiones, Tordesillas esperando que renazcan las pasiones. Desde niño se comienza ese sentir a tu tierra, sin cometer la torpeza que solo la peste encierra. Tordesillas de esperanzas que las va fraguando el Duero, la pandemia hace balanzas del sentir del caballero. G X Cantalapiedra.
Los años se van marchando sin explicar condiciones, las gentes siguen pensando en las tristes sensaciones. Cuando no queden lanceros ni promesas de septiembre, ni caballos altaneros que sepan correr de frente. Tordesillas va pensando que todo pasa en la vida, la pandemia ira dejando mucha triste despedida. Hoy se viven los lamentos que vienen de ver heridas, que conllevan sufrimientos sin explicar las salidas. Tordesillas va mirando su Vega que es maravilla, donde ayer se fue brindando a las fiestas de la Villa. Cuando no queden lanceros, si se muere la semilla, quizá los aventureros quieran ser gente sencilla. Tordesillas se pregunta, donde marcha el ROMANCERO, y a la vez quizá le asusta el ver tan triste ese Duero. Nadie quiere hacer las cuentas de los signos del terreno, muchos sueños alimentan las mentes que no ven cieno. Caballos que relinchando saben lo que es el infierno, algunos siguen trotando para llegar al invierno. Tordesillas no se rinde, ni quiere ver más enredos, las tradiciones sin linde hablan de los nuevos credos. Lanceros de Tordesillas, con lanzas en el granero, las tradiciones sencillas las quiere vivir el Duero. Los caballos galopando, no sirve el invernadero, en su marcha van sonando muchos suspiros del Duero. Los pinos siempre testigos de las nieblas junto al Duero, parecen ser los castigos de este sufrir traicionero. Tordesillas recordando a sus sonidos eternos, la vida se va pasando sin pensar en el invierno. Cuando no queden lanceros en esta bella comarca, habrá signos agoreros que solo la peste embarca. La pandemia va frenando muchas viejas ilusiones, Tordesillas esperando que renazcan las pasiones. Desde niño se comienza ese sentir a tu tierra, sin cometer la torpeza que solo la peste encierra. Tordesillas de esperanzas que las va fraguando el Duero, la pandemia hace balanzas del sentir del caballero. G X Cantalapiedra.