QUERIENDO VOLVER A TORDESILLAS
Eran tiempos de penumbras entre grandes soledades, donde las penas deslumbran entre muchas falsedades. Queriendo escuchar al Duero en Las Verjas del Palacio, soñando ser el primero de no caminar despacio. En sus sueños fue buscando el poder hallar remedio, y seguir siempre soñando con el camino del medio. Tordesillano sin trabas, con la cruz de su sendero, en sus palabras notabas el ser hombre aventurero. Tordesillas en su mente, para lograr sus andadas, esperaba de su ambiente ver sus sendas encantadas. La Vega llevaba dentro como buen tordesillano, y se notaba su centro al sentirse castellano. Recordando a Tordesillas por los montes y los llanos, soñando las maravillas de algunos seres humanos. Cada noche recordaba sus miradas hacia el Duero, y solo se emocionaba al sentirse caballero. En su mundo de distancia nunca se vio piñonero, ni buscando la ignorancia jamás lloró por dinero. En su caminar sencillo pensó volver más austero, sin importarle ese brillo que suele dar el dinero. Tordesillas como meta, entendiendo el ROMANCERO, en su vida tan inquieta tuvo un amor verdadero. El volver a Tordesillas eran cuestiones de tiempo, en sus pisadas sencillas soñaba con cierto templo. Las promesas son cumplidas si el corazón vive atento, hay muchas fechas perdidas que solo dan descontento. Su llegada a Tordesillas era percibir aliento, y ver las cosas sencillas que te dejaran contento. Sentir de lejos la tierra mientras piensas en el Duero, y ver que la vida encierra algún momento agorero. Disfrutar de los amigos que siguen en tus recuerdos, y no divisar castigos viviendo momentos cuerdos. Pasar la vida sin prisas, recorriendo el mundo entero, mientras recuerdas las brisas que siempre nos deja el Duero. Sin pedir peras al olmo, ni ser vulgar caballero, notando que existe el colmo como castigo sincero. Tordesillas tiene calma, es un lugar junto al Duero, donde puedes tener alma y saber decir te quiero. G X Cantalapiedra.
Eran tiempos de penumbras entre grandes soledades, donde las penas deslumbran entre muchas falsedades. Queriendo escuchar al Duero en Las Verjas del Palacio, soñando ser el primero de no caminar despacio. En sus sueños fue buscando el poder hallar remedio, y seguir siempre soñando con el camino del medio. Tordesillano sin trabas, con la cruz de su sendero, en sus palabras notabas el ser hombre aventurero. Tordesillas en su mente, para lograr sus andadas, esperaba de su ambiente ver sus sendas encantadas. La Vega llevaba dentro como buen tordesillano, y se notaba su centro al sentirse castellano. Recordando a Tordesillas por los montes y los llanos, soñando las maravillas de algunos seres humanos. Cada noche recordaba sus miradas hacia el Duero, y solo se emocionaba al sentirse caballero. En su mundo de distancia nunca se vio piñonero, ni buscando la ignorancia jamás lloró por dinero. En su caminar sencillo pensó volver más austero, sin importarle ese brillo que suele dar el dinero. Tordesillas como meta, entendiendo el ROMANCERO, en su vida tan inquieta tuvo un amor verdadero. El volver a Tordesillas eran cuestiones de tiempo, en sus pisadas sencillas soñaba con cierto templo. Las promesas son cumplidas si el corazón vive atento, hay muchas fechas perdidas que solo dan descontento. Su llegada a Tordesillas era percibir aliento, y ver las cosas sencillas que te dejaran contento. Sentir de lejos la tierra mientras piensas en el Duero, y ver que la vida encierra algún momento agorero. Disfrutar de los amigos que siguen en tus recuerdos, y no divisar castigos viviendo momentos cuerdos. Pasar la vida sin prisas, recorriendo el mundo entero, mientras recuerdas las brisas que siempre nos deja el Duero. Sin pedir peras al olmo, ni ser vulgar caballero, notando que existe el colmo como castigo sincero. Tordesillas tiene calma, es un lugar junto al Duero, donde puedes tener alma y saber decir te quiero. G X Cantalapiedra.