TORDESILLAS: SUBIR POR SANTA MARÍA, BAJAR POR SAN ANTOLIN....

SUBIR POR SANTA MARÍA, BAJAR POR SAN ANTOLIN.
En estos días de invierno con los fríos expectantes, el tiempo parece eterno en muchos de los instantes. Fríos que marcan veredas por las orillas del Duero, donde los vientos se enredan en el tiempo venidero. Estas jornadas dañadas por la maldita pandemia, nos dejan huellas marcadas con la sufrida epidemia. Abrazando la esperanza con el sentido perfecto, nadie quiere ver la danza de algún sentido no recto. Cuando faltan conclusiones y van sobrando adivinos, buscamos esas razones que hagan grande los caminos. Tordesillas de templanzas entre sus pinos erguidos, se sueñan ciertas balanzas en los días deprimidos. Cuando surgen las jornadas entre vientos escondidos, las horas dejan marcadas muchas frases con olvidos. Subir por Santa María, y bajar San Antolín, es vivir la profecía del caminar sin ver fin. Estos días de febrero que van dejando visiones, quizá les sobre salero para gravar sus razones. Buscando sueños perdidos entre buenas intenciones, podemos ver los heridos de esta peste sin razones. Tordesillas de caballos con sus viejas tradiciones, viñedos de verdes tallos que lanzan sus sensaciones. Pisar de cerca Las Verjas para divisar el Campo, sin soltar apenas quejas ni hablar de sufridos llantos. Estos meses de tormentos la muerte sigue acechando, los dudosos sentimientos pudieran llegar llorando. No vale gritar al Duero, ni comentar sus diabluras, es perfecto el ROMANCERO que jamás dejo locuras. Tordesillas de visiones que se llevan de recuerdos, entre buenas vibraciones se viven momentos cuerdos. No pedimos horas bellas en estas serias jornadas, el cielo contiene estrellas que borran las madrugadas. G X Cantalapiedra.