TORDESILLAS ENTRE LAS BRISAS DEL DUERO
En tierras tordesillanas donde el Duero va gritando, son frescas ciertas mañanas que pudieran ir helando. Hay jornadas junto al Duero que los vientos son helados, nadie busca el ROMANCERO con los suelos escarchados. Cuando los ecos retumban entre los bellos pinares, pareces sentir las tumbas que ocupan tristes lugares. Esos ecos desgarrados de leñadores austeros, les sientes tan enmarcados como vientos altaneros. Los pinos siguen al Duero por su Ribera orgullosa, incluso en el mes de enero tienen los ecos su cosa. Tordesillas junto al Duero como testigo perenne, cualquier gesto aventurero pienso que siempre conviene. Verjas que miran al Río sin despreciar su paisaje, es un lugar para el frío que no quiere vasallaje. Tordesillas es testigo de ser lugar encantado, que pudo sufrir castigo y vivir de condenado. Esta tierra castellana tan cargada de lecciones, sin querer ser nunca ufana supo de las maldiciones. Historias que fueron signos del transcurrir de la vida, que algunos llaman destinos siendo una villa querida. El Duero sigue tranquilo con sus aguas caudalosas, desde El Puente yo perfilo lo fuerte que son sus losas. No debemos olvidarnos de su Vega tan sentida, los pinos hay que cuidarlos al ser la ruta elegida. Puede que pasen los años entre bonitas canciones, más no queremos extraños que impongan sus condiciones. Tordesillas esperando que llegue la primavera, para poder ir soñando con la salud a su vera. Se acabara la pandemia cuando lleguen las vacunas, olvidando la tragedia de estas fechas importunas. G X Cantalapiedra.
En tierras tordesillanas donde el Duero va gritando, son frescas ciertas mañanas que pudieran ir helando. Hay jornadas junto al Duero que los vientos son helados, nadie busca el ROMANCERO con los suelos escarchados. Cuando los ecos retumban entre los bellos pinares, pareces sentir las tumbas que ocupan tristes lugares. Esos ecos desgarrados de leñadores austeros, les sientes tan enmarcados como vientos altaneros. Los pinos siguen al Duero por su Ribera orgullosa, incluso en el mes de enero tienen los ecos su cosa. Tordesillas junto al Duero como testigo perenne, cualquier gesto aventurero pienso que siempre conviene. Verjas que miran al Río sin despreciar su paisaje, es un lugar para el frío que no quiere vasallaje. Tordesillas es testigo de ser lugar encantado, que pudo sufrir castigo y vivir de condenado. Esta tierra castellana tan cargada de lecciones, sin querer ser nunca ufana supo de las maldiciones. Historias que fueron signos del transcurrir de la vida, que algunos llaman destinos siendo una villa querida. El Duero sigue tranquilo con sus aguas caudalosas, desde El Puente yo perfilo lo fuerte que son sus losas. No debemos olvidarnos de su Vega tan sentida, los pinos hay que cuidarlos al ser la ruta elegida. Puede que pasen los años entre bonitas canciones, más no queremos extraños que impongan sus condiciones. Tordesillas esperando que llegue la primavera, para poder ir soñando con la salud a su vera. Se acabara la pandemia cuando lleguen las vacunas, olvidando la tragedia de estas fechas importunas. G X Cantalapiedra.