NO BUSQUES FLORES MARCHITAS
No quieras flores marchitas por las orillas del Duero, que las flores nunca gritan ni pronuncian un te quiero. No busques rosas sencillas si pisas el Rio Duero, siempre tuvo Tordesillas rosas que tienen salero. Si quieres pasar el Puente recitando el ROMANCERO, quizá te vayas marcando lo que vale el Río Duero. Sombras de viejos cantares hacen grandes maravillas, en estos bellos lugares resplandece Tordesillas. Las flores buscan jardines en las tardes delicadas, y gozan de sus confines entre brisas encantadas. Quien pudiera como el Duero gozar de flores preciosas, escuchando el ROMANCERO entre las bonitas rosas. Los pinos son los testigos de los campos floreciendo, los hielos son los castigos que la Vega va sufriendo. Tordesillas de esperanzas entre las brisas del Duero, donde suenan las templanzas de un amor siempre sincero. Brillan las aguas del Duero en las noches silenciosas, es un clamor verdadero que te deja ciertas rosas. El Duero baja gritando sus visiones de colores, el aire nos va clamando como crecen los amores. Por tierras tordesillanas las flores siguen creciendo, haciendo bellas mañanas sin ver nadie padeciendo. La epidemia sigue loca buscando nuevos humamos, es más dura que la roca y no presume de manos. Estas jornadas penosas donde las flores relucen, nunca pueden ser dichosas si presumen viendo cruces. Maldita y mala pandemia que viene dejando llanto, es penosa su tragedia que solo da desencanto. Las flores siguen activas con sus olores constantes, en estas fechas festivas alegran ciertos instantes. Llega la Semana Santa con sus grandes tradiciones, donde el dolor siempre espanta con sus malas sensaciones. Tordesillas esperando que se vaya la pandemia, la Villa sigue buscando la vacuna que remedia. G X Cantalapiedra.
No quieras flores marchitas por las orillas del Duero, que las flores nunca gritan ni pronuncian un te quiero. No busques rosas sencillas si pisas el Rio Duero, siempre tuvo Tordesillas rosas que tienen salero. Si quieres pasar el Puente recitando el ROMANCERO, quizá te vayas marcando lo que vale el Río Duero. Sombras de viejos cantares hacen grandes maravillas, en estos bellos lugares resplandece Tordesillas. Las flores buscan jardines en las tardes delicadas, y gozan de sus confines entre brisas encantadas. Quien pudiera como el Duero gozar de flores preciosas, escuchando el ROMANCERO entre las bonitas rosas. Los pinos son los testigos de los campos floreciendo, los hielos son los castigos que la Vega va sufriendo. Tordesillas de esperanzas entre las brisas del Duero, donde suenan las templanzas de un amor siempre sincero. Brillan las aguas del Duero en las noches silenciosas, es un clamor verdadero que te deja ciertas rosas. El Duero baja gritando sus visiones de colores, el aire nos va clamando como crecen los amores. Por tierras tordesillanas las flores siguen creciendo, haciendo bellas mañanas sin ver nadie padeciendo. La epidemia sigue loca buscando nuevos humamos, es más dura que la roca y no presume de manos. Estas jornadas penosas donde las flores relucen, nunca pueden ser dichosas si presumen viendo cruces. Maldita y mala pandemia que viene dejando llanto, es penosa su tragedia que solo da desencanto. Las flores siguen activas con sus olores constantes, en estas fechas festivas alegran ciertos instantes. Llega la Semana Santa con sus grandes tradiciones, donde el dolor siempre espanta con sus malas sensaciones. Tordesillas esperando que se vaya la pandemia, la Villa sigue buscando la vacuna que remedia. G X Cantalapiedra.