Cuando piso Tordesillas el corazón se emociona, al ver sus gentes sencillas que mis dudas solucionan. Estas tierras castellanas donde me siento tranquila, me parecen ser hermanas que la América< Latina. Fronteras que siguen vivas aunque pasen muchos años, la historia lo determina y no se ve tan lejano. Pisando las viejas losas de esos lugares bonitos, se van pasando las horas sin apenas ver los gritos. un saludo a esa ciudad castellana. R. F. B.