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TORDESILLAS: AQUELLA FRÍA MAÑANA...

AQUELLA FRÍA MAÑANA
Aquella fría mañana camino de Tordesillas, con aquel traje de pana y sus costumbres sencillas. Caminando junto al Duero entre juncos y besanas, con un tiempo pendenciero que cerraba las ventanas. Eran los años penosos de una pandemia lejana, con momentos maliciosos en la tierra castellana. Más de cien años pasaron, sin encontrar soluciones, otros virus nos llegaron con sus malas soluciones. Animales que morían con la peste endemoniada, los lamentos se sentían al ver la vida dañada. Aquella mañana fría el obrero caminaba, por llegar a Tordesillas entre las nieblas pesadas. La enfermedad le cercaba en las orillas del Duero, mirando al cielo notaba aquel virus traicionero. Maldiciendo su destino entre las brisas del Duero, se le cerraba el camino sin sentirse forastero. Con la fiebre que atacaba sus pasos a ras del suelo, la mirada se clavaba rogándole a dios consuelo. La muerte fue cabalgando sin hablar del ROMANCERO, La vida se iba acabando en aquel mundo embustero. La fiebre anulo sus pasos, los ojos nublados fueron, solo sufriendo fracasos que nunca le convencieron. Con la esperanza perdida ante el virus traicionero, una voz fuerte y erguida le grito de mensajero. La muerte le fue cercando, sus oídos no fingieron, su cuerpo se fue apagando más nadie le comprendieron. Aquella pandemia mala que dejó tan mal sendero, no preciso de una escala ni jamás buscó dinero. Ha pasado más de un siglo, la pandemia es un enredo, hoy no queremos sigilo ni buscar un nuevo credo. Cuando miramos la historia, cuando se cuentan los muertos, nadie quiere hablar de gloria ni de momentos inciertos. Los muertos se van contando, quizá nos falten alientos, la vida se va pasando entre muchos sufrimientos. La noche se vino encima con sus penas y lamentos, sin querer cambiar el clima existen los descontentos. Florecerán ciertas rosas en las orillas del Duero, viendo las horas dichosas y el amor tan verdadero. G X Cantalapiedra.