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LOS DIABLOS DEL RÍO DUERO
Existen palabras raras entre signos agoreros, que en las noches que son claras las buscan aventureros. Por los caminos del diablo el viento corre ligero, y se nota algún vocablo que puede buscar dinero. Los diablos del Río Duero andan buscando destinos, en su rumbo callejero no suelen ser diablos finos. Hay palabras endiabladas cargadas de desatinos, y promesas ensambladas que buscan nuevos destinos. Diablos que siguen perennes entre los bonitos pinos, puede que dejen vaivenes al beber los buenos vinos. Los diablos llegan volando por mil distintos caminos, mientras siguen practicando algunos bonitos trinos. Diablos de la noche negra que caminan sin prejuicios, a veces son pura fiera que no temen ciertos vicios. Los diablos vienen corriendo a veces llevan sus pinchos, el viento les va diciendo que son penosos sus dichos. Diablos de la Luna llena que no llevan pergaminos, ni conocen la fortuna de ser buenos adivinos. Los diablos siguen marcando muchas noches con abismo, el viento viene gritando con frases de consumismo. Diablos de noches dañadas en este tiempo proscrito, en las frías alboradas puedes notar su mal grito. El diablo corre las calles con su niebla alborotada, y se notan sus detalles al dejar ruta dañada. El diablo viene gimiendo, sin nadie saber su causa, la noche se va sintiendo y el viento se queda en pausa. Luces que siguen brillando en las bonitas esquinas, el diablo las va dañando y se mete en las cocinas. El diablo en la carretera no conduce con prudencia, el miedo marcha a su vera como vulgar coincidencia. Los pinos están temblando viendo al diablo tan presente, sus esquemas van quemando al humano penitente. Diablos que dejan sus huellas cargadas de fechorías, no pueden ser cosas bellas sus horas de fantasías. Diablos cargados de leña para seguir calentando, en su malicia se empeña el humano blasfemando. El diablo viene deprisa entre la niebla del Duero, quizá le cubre la brisa sin ser nunca un caballero. G X Cantalapiedra…
Existen palabras raras entre signos agoreros, que en las noches que son claras las buscan aventureros. Por los caminos del diablo el viento corre ligero, y se nota algún vocablo que puede buscar dinero. Los diablos del Río Duero andan buscando destinos, en su rumbo callejero no suelen ser diablos finos. Hay palabras endiabladas cargadas de desatinos, y promesas ensambladas que buscan nuevos destinos. Diablos que siguen perennes entre los bonitos pinos, puede que dejen vaivenes al beber los buenos vinos. Los diablos llegan volando por mil distintos caminos, mientras siguen practicando algunos bonitos trinos. Diablos de la noche negra que caminan sin prejuicios, a veces son pura fiera que no temen ciertos vicios. Los diablos vienen corriendo a veces llevan sus pinchos, el viento les va diciendo que son penosos sus dichos. Diablos de la Luna llena que no llevan pergaminos, ni conocen la fortuna de ser buenos adivinos. Los diablos siguen marcando muchas noches con abismo, el viento viene gritando con frases de consumismo. Diablos de noches dañadas en este tiempo proscrito, en las frías alboradas puedes notar su mal grito. El diablo corre las calles con su niebla alborotada, y se notan sus detalles al dejar ruta dañada. El diablo viene gimiendo, sin nadie saber su causa, la noche se va sintiendo y el viento se queda en pausa. Luces que siguen brillando en las bonitas esquinas, el diablo las va dañando y se mete en las cocinas. El diablo en la carretera no conduce con prudencia, el miedo marcha a su vera como vulgar coincidencia. Los pinos están temblando viendo al diablo tan presente, sus esquemas van quemando al humano penitente. Diablos que dejan sus huellas cargadas de fechorías, no pueden ser cosas bellas sus horas de fantasías. Diablos cargados de leña para seguir calentando, en su malicia se empeña el humano blasfemando. El diablo viene deprisa entre la niebla del Duero, quizá le cubre la brisa sin ser nunca un caballero. G X Cantalapiedra…