LA NOCHE VINO AVANZANDO
Entre sombras penitentes y lamentos no contados, caminan algunas gentes con sus sueños anhelados. La noche vino avanzando por las orillas del Duero, el agua le vi brillando con su eterno ROMANCERO. La noche se vino encima, entre vientos pasajeros, quise mirar a la encina pensando en ciertos senderos. Allí cerca Tordesillas con su Puente tan señero, me hablaron de maravillas si circula alegre el Duero. Mirando muchos balcones de la ciudad castellana, comprendí de las razones de gente tordesillana. La noche se fue alargando, con sus vientos pendencieros, La Luna se fue ocultando entre gritos pasajeros. La noche se ira marchando detrás de los grandes cerros, la Luna sigue pensando en los ladridos de perros. La noche nos va marcando con sus fríos agoreros, el sol vendrá calentando lo sueños aventureros. Cuando la noche termine entre brisas arrogantes, puede que así se elimine las sombras de los amantes. La noche nos va dejando muchos momentos brillantes, si seguimos caminando habrá sombras expectantes. La noche se va llorando al verse sola y distante, un eco sigue clamando por no sentirla elegante. La noche busca regreso entre sueños de templanza, el día lanza su peso que con la noche se aplaza. Las noches tienen encantos que se guardan con paciencia, aunque existan sobresaltos que nunca dieron clemencia. Amarrados a la noche entre vientos desgarrados, nadie puede poner broche a sueños esparramados. El Duero sigue tranquilo, sin lanzar un triste llanto, sobre su Puente perfilo el no buscar desencanto. G X Cantalapiedra,
Entre sombras penitentes y lamentos no contados, caminan algunas gentes con sus sueños anhelados. La noche vino avanzando por las orillas del Duero, el agua le vi brillando con su eterno ROMANCERO. La noche se vino encima, entre vientos pasajeros, quise mirar a la encina pensando en ciertos senderos. Allí cerca Tordesillas con su Puente tan señero, me hablaron de maravillas si circula alegre el Duero. Mirando muchos balcones de la ciudad castellana, comprendí de las razones de gente tordesillana. La noche se fue alargando, con sus vientos pendencieros, La Luna se fue ocultando entre gritos pasajeros. La noche se ira marchando detrás de los grandes cerros, la Luna sigue pensando en los ladridos de perros. La noche nos va marcando con sus fríos agoreros, el sol vendrá calentando lo sueños aventureros. Cuando la noche termine entre brisas arrogantes, puede que así se elimine las sombras de los amantes. La noche nos va dejando muchos momentos brillantes, si seguimos caminando habrá sombras expectantes. La noche se va llorando al verse sola y distante, un eco sigue clamando por no sentirla elegante. La noche busca regreso entre sueños de templanza, el día lanza su peso que con la noche se aplaza. Las noches tienen encantos que se guardan con paciencia, aunque existan sobresaltos que nunca dieron clemencia. Amarrados a la noche entre vientos desgarrados, nadie puede poner broche a sueños esparramados. El Duero sigue tranquilo, sin lanzar un triste llanto, sobre su Puente perfilo el no buscar desencanto. G X Cantalapiedra,